Los Gobiernos improvisan salidas distintas a la captura de piratas
Francia, EE UU y Holanda juzgan a los piratas sólo si atacan a sus intereses - Alemania los entrega a Kenia
La piratería en el Índico es un problema creciente que, de momento, cada país resuelve como puede. Mientras que EE UU juzgará en su territorio a un pirata somalí en virtud de una ley de hace más de un siglo, Alemania los entrega a Kenia y Francia y los Países Bajos han optado por enjuiciarlos en su territorio sólo cuando los piratas han actuado contra sus intereses. Si no, los entregan a Kenia para que sean juzgados allí en función de un acuerdo entre la UE y este país. Éste es un repaso a cómo estos cuatro países han actuado tras detener a piratas somalíes.
ESTADOS UNIDOS Primer caso desde 1861
Después de retener al capitán del Maersk Alabama durante cinco días, rendirse ante la Marina estadounidense a bordo del destructor USS Bainbridge y ver cómo un equipo de operaciones especiales mataba a sus tres compañeros en las aguas del Índico, el somalí Abduwali Abdukadir Muse, fue capturado, llevado a Nueva York y puesto a disposición judicial.
A Muse se le puede juzgar en EE UU porque fue capturado en un buque de bandera norteamericana. Un juzgado de Manhattan ha tenido que rescatar una ley que no se aplicaba desde hace más de un siglo y que contempla una pena máxima de cadena perpetua. Muse no habla inglés y ni siquiera ante los traductores dio un relato fiable que permitiera confirmar su edad. Tras una investigación, el juez decidió que es un adulto y aceptó cinco cargos contra él, ordenando prisión sin fianza. El más grave es el "delito de la piratería según la reconoce la Ley de las Naciones". La última vez que EE UU juzgó un acto de piratería fue en 1861, en plena guerra civil norteamericana.
FRANCIA Juicios y entregas
La fragata francesa Nivose, operando bajo el dispositivo europeo Atalanta, detuvo el 15 de abril en el Golfo de Adén a nueve piratas de origen somalí mientras navegaban en un barco nodriza en el que previsiblemente se disponían a abastecer a otros saqueadores. Días después, la Marina francesa anunciaba la entrega de los piratas a Kenia para que fueran juzgados allí, en virtud de un acuerdo firmado en marzo entre este país y la UE. Lo mismo ocurrió el pasado 3 de mayo.
No siempre es así. Hay tres piratas somalíes en suelo francés a la espera juicio. La diferencia entre el destino de unos y otros es clara: a los primeros la Marina los apresó en alta mar. Los segundos fueron apresados a bordo de una embarcación francesa tras haberla secuestrado, reducido a la tripulación y reclamar un rescate.
ALEMANIA Detenidos a Kenia
La Armada alemana ha entregado dos grupos de supuestos piratas a Kenia. Los primeros nueve fueron detenidos en marzo, durante un ataque al carguero alemán MV Courier. Otros siete, cuando atacaban al buque cisterna de la Armada Spessart. Ambas entregas estuvieron precedidas de polémica sobre el trato que recibirían los presos de las autoridades locales y sobre la conveniencia de que fueran juzgados en Alemania. Los ministerios de Exteriores y Defensa habían declarado meses antes que las personas que atacaran intereses alemanes "de peso", como barcos con bandera alemana, serían juzgadas en Alemania. Tras la detención de los piratas, las autoridades se temieron que pretendieran quedarse como refugiados en Alemania después del juicio y de cumplir la posible condena. Llegó a hablarse de su liberación.
El 10 de marzo desembarcaron en Mombasa los nueve piratas que atacaron el MV Courier, después de que la fiscalía de Hamburgo que lleva los casos relativos a las misiones alemanas en alta mar suspendiera la instrucción contra ellos. Esta decisión se conoció al día siguiente de la firma del acuerdo entre la UE y Kenia.
HOLANDA Juzgados o liberados
Holanda aplica de momento el "interés nacional" a los abordajes de barcos en el Golfo de Adén. Así, el pasado febrero acordó con Dinamarca la extradición de cinco presuntos piratas somalíes arrestados por la marina danesa. El grupo fue retenido tras un intento fallido de asalto al carguero Samanyulo, registrado en las Antillas holandesas. Sus miembros serán juzgados por los tribunales holandeses, cuyas leyes prevén penas de hasta 12 años de cárcel para los capitanes piratas y de nueve años para su tripulación.
Sin embargo, cuando el buque carece de lazos con Holanda, la situación se complica. La marina holandesa puso en libertad en abril a nueve piratas somalíes que acababa de apresar. La primera parte de la operación salió perfecta. La fragata holandesa De Zeven Provinciën abordó un pesquero en el Golfo de Adén con nueve piratas a bordo. Poco antes, dicha banda había intentado secuestrar un carguero griego. Tras confiscar ametralladoras y misiles antitanques de los asaltantes, y de liberar a 16 pescadores yemeníes, el comandante holandés tuvo que dejar marchar a los piratas. Partieron sin armas, pero en la misma motora con la que perpetraron el delito.
La respuesta oficial fue tajante: la fragata estaba a las órdenes de la OTAN, que no había alcanzado un acuerdo para poder juzgar a los piratas. "Por ahora, sólo puede procederse a un arresto cuando el pirata es un súbdito nacional. O bien cuando la víctima lo sea. O si la agresión es cometida en aguas territoriales (holandesas, por ejemplo)", añaden.
Con información de Juan Gómez desde Berlín, David Alandete desde Washington, Isabel Ferrer desde La Haya y Antonio Jiménez Barca desde París.
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