Tragedia en Italia
La tierra volvió ayer a temblar en Italia con violencia. A las 3.32, un terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter golpeó el centro del país y provocó al menos 150 muertos, 1.500 heridos y unos 70.000 desplazados. El Gobierno de Berlusconi declaró el estado de emergencia.
A. RIZZI | L'Aquila
Las víctimas se quejan de falta de coordinación en las labores de rescate
Un científico italiano alertó hace unas semanas de que un fuerte terremoto sacudiría de forma inminente la zona de L'Aquila, la ciudad que ayer sufrió el peor seísmo registrado en Italia en los últimos 30 años. Pero las advertencias de Giacchino Giuliani, sismólogo del Instituto Nacional de Astrofísica, cayeron en saco roto y el experto fue denunciado por sembrar el pánico.
Los 25 españoles, 23 estudiantes y dos turistas, sorprendidos en L'Aquila por el seísmo fueron evacuados ayer en un autobús fletado por la Embajada de España en Roma, según informó el cónsul general en Nápoles, Luis Gómez de Aranda.
En Turquía, un país de mayoría musulmana permanentemente dominado por la tensión entre el integrismo y la modernidad, Barack Obama enterró ayer el choque de civilizaciones y envió un mensaje de reconciliación al mundo islámico.
JUAN CARLOS SANZ | Estambul
Erdogan se ofrece a consensuar con la oposición laica la reforma constitucional
El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, dijo ayer en Estambul (Turquía) que se había sentido "profundamente afligido" por el hecho de que muchos musulmanes vieran las caricaturas de Mahoma publicadas en 2005 en un diario de su país como un insulto al islam. "Nada más lejos de mi ánimo", alegó.
El presidente del Tribunal Supremo paquistaní, Iftikhar Chaudhry -que recuperó recientemente el cargo del que le destituyó el dictador Pervez Musharraf-, ordenó ayer que un comité policial investigue la paliza pública propinada a una joven de 17 años en el valle de Suat, donde los talibanes han impuesto la sharía (ley islámica).
Las cámaras pudieron captar ayer por primera vez desde la guerra del Golfo (1991) la llegada a EE UU de los restos mortales de un militar. Se trata del sargento de las Fuerzas Aéreas Phillip Myers, fallecido por la explosión de una mina en la provincia afgana de Helmand, y cuyo féretro fue desembarcado (en la imagen) en el depósito del Pentágono en Delaware.