_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La traducción sin fin

No creo que ningún traductor quede absolutamente contento de su traducción. Uno quiere olvidar la traducción terminada, pero se ve condenado a recordarla cuando se le ocurren soluciones que no vio mientras estaba traduciendo. Se traduce lo ya traducido, no sólo porque las traducciones parezcan imperfectas, o envejezcan, y las palabras cambien con el tiempo, como las personas, sino porque las traducciones son parte esencial de la literatura de una lengua, y piden ser renovadas como las tradiciones y los lenguajes literarios.

Claudio Guillén, recordando a Ernst Robert Curtius, hablaba de la excitación ante autores extranjeros recién descubiertos: ese entusiasmo es, en los mejores casos, el motor de la traducción. Nuestros traductores sirven de puentes, en el sentido arquitectónico y en el de cables que establecen conexiones eléctricas o pinchan una línea telefónica, y a veces han sido víctimas de una impaciencia que los llevó a traducir del francés o el inglés obras japonesas, chinas, e incluso árabes. Las traducciones son determinantes en la construcción de una tradición literaria. De los italianos se tradujo aquí en el prerrenacimiento hasta el ritmo de la poesía. La literatura angloamericana del siglo XX afectó a la literatura contemporánea española a través casi siempre de traducciones hispanoamericanas.

Más información
Mano a mano con Shakespeare

Cesare Pavese y Madame de Stäel coincidían, casi a siglo y medio de distancia, al reconocer en la traducción un remedio contra los lugares comunes y las frases hechas en las que se acomoda una literatura. La vocación de traducir invita a la traducción sin fin, nunca felices con el estado en que uno encuentra su propia lengua, su propio mundo. Es un trabajo casi clandestino, por la resistencia editorial a poner el nombre del traductor en la cubierta de los libros, como si el traductor, en el fondo, fuera un agente secreto, un anónimo funcionario del espionaje entre naciones.

Justo Navarro es escritor y traductor

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_