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Reportaje:ARQUITECTURA Y VINOS | agenda

Pura tradición viverista

Con el nombre de La Casa de las Vides, esta bodega no sólo quiere honrar su larga tradición de viveristas, sino también a la finca El Galtero, jardín de vides que rodean la casa-bodega solariega que la acoge. Esta finca debe su nombre a la del siglo XVIII, Corral del Galtero. Corral es un mot de la Vall d'Albaida para describir a este tipo de unidades agrícolas. La finca del Galtero está en un cim, orientada al mediodía para buscar la mejor condición climática para casa y frutos.

Tiene una morfología típicamente romana, con cuatro lados y grandes puertas de madera para el acceso de personas, animales y carros. La casa fue acabada en 1783, como consta en el reloj de sol del patio central. Sus dependencias clásicas (cuadra, almacén, cup, cambra para la palla), han sido restauradas magistralmente utilizando materiales y medios originales. Los gruesos muros de mampostería han sido reconstruidos con las losas tap de la comarca, unidas con argamasa de barro y cal, y se han respetado la viguería de madera de tipo mallorquín y las tejas morunas. En el antiguo cup (el habitáculo para la recepción de la vid y el estrujado) se ha aprovechado el acondicionamiento natural del edificio para mantener las condiciones climáticas de la bodega. La restauración ha respetado el antiguo lagar de barriquería, donde estaba la gran bota llamada "la Capitana", destinada a convertirse en una de las sacristías de referencia por sus viejísimas barricas con PX, transañejo, casi centenario, que la Casa de las Vides todavía no comercializa, pero que es un auténtico tesoro como vino de postre.

La Casa de las Vides elabora grandes vinos, como Acvlius de tempranillo, Cabernet sauvignon y Syrah, que realizó su maloláctica en barricas de roble francés nuevo, siendo un tinto de gran expresión y finura. Su Rosa Rosae, mosto virgen flor, exquisito, fresco y afrutado y que es una delicia de tomar con la fideuà de La Safor, al igual que el Acvlivs lo es con el figatell que tan bien hacen en Gandia, ya que por eso dicen: "Una volta li vaig dir/ a una xica de Gandia/ si del seu garbo i salero/ un poc hem donaria".

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