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Reportaje:

Viñetas con tinta de chapapote

Un cómic evoca el desastre provocado por el 'Prestige' en noviembre de 2002 - Sus autores sitúan la acción en un pueblo imaginario de una costa indeterminada

Agosto de 2007. La costa de un país indeterminado. Un hombre con aspecto feliz pasea por una preciosa playa, limpia, impoluta, sin que nada parezca poder traer a la memoria el negro chapapote que la inundaba meses antes.

Con esta postal de apariencia idílica comienza La cuenta atrás, una exhaustiva y demoledora narración sobre el desastre del hundimiento de un petrolero que anega las costas con un vertido tóxico de fuel. Pese a la evidente identificación de todo lo que acontece en el álbum con Muxia, la costa da Morte y la catástrofe del Prestige, los autores de este cómic, el guionista Carlos Portela (Vigo, 1967) y el dibujante Sergi San Julián (Barcelona, 1973), prefirieron situar la acción en el imaginario aunque reconocible pueblo de Caldelas. "Lo que nos interesaba es saber cómo nos comportamos las personas", dice Portela, "porque, a la hora de la verdad, todos intentan sacar partido de la situación o echar balones fuera, y muy poca gente intenta solucionarlo y que no vuelva a pasar. Por eso la historia tiene ese tono de fábula: es Galicia, parece Galicia, aunque puede ser cualquier otro lugar".

La estructura en 'flashbacks' cuenta en sentido inverso el drama
"En esta historia no hay culpables o personajes malignos a lo Fu Manchú"
'La cuenta atrás' se presentará en agosto en el Salón del Cómic de A Coruña
"Mucha gente nos dijo que era mejor no hablar y pasar página"
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El tebeo se pega a lo real

Un objetivo que se alcanza a través de una compleja estructura de flashbacks, que va contando en sentido inverso la historia, en una investigación ciega en la que cada acto es una consecuencia cuyas causas hay que averiguar, derribando tópicos a cada paso. Se trata de un esquema argumental que podía haber derivado de forma muy fácil en una búsqueda maniquea de los culpables, pero que se evita gracias a que el guionista ha tenido muy claro desde el principio que le interesaba seguir y analizar a los actores de esta tragedia, desde los políticos hasta la gente del pueblo: "Yo no creo que haya culpables o personajes malignos a lo Fu Manchú. Se rompió un petrolero, y eso le puede pasar a cualquier Gobierno, no es culpa de él, eso es evidente. El problema es cómo se gestionó. Yo tengo una gran fe en la incapacidad humana, más que en la existencia de planes maestros". Siguiendo el tradicional relativismo gallego, igual que no hay culpables tampoco hay víctimas absolutas: "Todos tomamos decisiones, y éstas acarrean consecuencias", sentencian los autores.

La historia del Prestige y el desastre ocurrido desde aquel fatídico noviembre de 2002 es bien conocida; sin embargo, en La cuenta atrás hay una versión muy diferente de cómo el chapapote afectó a las relaciones entre las personas y cómo todavía ha sido imposible limpiarlo de los recuerdos de aquellos que lo sufrieron: "Hay cosas que el batido del mar no limpia", aseguran los autores. Cinco años después del desastre ecológico, La cuenta atrás descubre al lector cómo la mancha de chapapote sigue profundamente instalada en la conciencia de la sociedad gallega. Carlos Portela: "Mucha gente me decía que era mejor no hablar y pasar página, pero no nos podemos quedar en el movimiento ciudadano que se generó".

La cuenta atrás será publicada por la editorial gallega Faktoría K de Libros en dos volúmenes, cuya primera entrega aparecerá el próximo mes de agosto, coincidiendo con la celebración del salón del cómic de A Coruña.

Uno de los dibujos de Sergi San Julián que ilustran <i>La cuenta atrás.</i>
Uno de los dibujos de Sergi San Julián que ilustran La cuenta atrás.

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