La respuesta insuficiente de Bruselas

Con la subida de los precios de los alimentos a los talones y los stocks de materias primas como cereales, carnes o leche a cero para ahorrar gastos en almacenamiento, los responsables comunitarios decidían hace un año eliminar la obligación de barbecho del 10% de las superficies de cultivos herbáceos para aumentar la oferta. Fue casi su única decisión, junto al recorte de aranceles a la importación de cereal. Esta próxima semana, con la crisis alimentaria sin control, Bruselas presentará oficialmente su documento para la revisión o "chequeo médico de la Política Agrícola Común". Sin embargo, a la vista de las propuestas contenidas en el mismo, todo parece indicar que la comisaria actúa como si no hubiera pasado nada y que sigue reacia a poner soluciones de futuro a los problemas de las existencias para disponer de unos stocks estratégicos y no depender de las importaciones.

En esa propuesta, lo más destacable para aumentar la oferta, sólo cabe señalar la decisión de eliminar definitivamente esa obligación de abandonar el 10% de superficie y la liberalización de las cuotas lácteas, para 2015, tras aumentar esta campaña las mismas en un 2%. Pero, a partir de ahí, las principales propuestas comunitarias de esta revisión de la PAC están más diseñadas para ahorrar gastos, modulando ayudas o eliminando mecanismos de regulación para evitar la compra de excedentes. Para incentivar la producción, un problema igualmente a resolver sería la clarificación de los canales de comercialización para que los productores tengan una rentabilidad y un incentivo para seguir en la actividad. No se ha planteado nada ni se espera.

En el caso concreto de España, la falta de las materias primas agrarias ha coincidido casualmente con la reducción a la mitad de la producción de remolacha en una decisión impuesta por Bruselas para eliminar excedentes. A este ajuste en el azúcar se suma el algodón o tabaco, ambos reducidos a la mitad, gracias a la aplicación de la PAC, mientras la crisis de los precios ha recortado más del 10% las cabañas ganaderas de vacuno de carne, ovino, o porcino.