El Gobierno busca una salida negociada al secuestro del 'Playa de Bakio'
Defensa prepara una operación de rescate como solución de último recurso
El Gobierno tendió ayer todas sus redes para lograr una salida negociada al secuestro del pesquero Playa de Bakio y sus 26 tripulantes, 13 de ellos españoles, capturados el domingo por la tarde por piratas frente a las costas de Somalia. Pero a la vez comenzó a preparar una operación de rescate, por si fuera necesaria.
Por la mañana, se reunió en La Moncloa un gabinete de crisis, encabezado por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y por la tarde se constituyó una célula de seguimiento e información presidida por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz, e integrada por altos funcionarios de Presidencia del Gobierno, Defensa, Asuntos Exteriores y Medio Ambiente, Rural y Marino, a los que podrían sumarse representantes de las autonomías de origen de los marineros, País Vasco y Galicia.
Aunque no se reconoce expresamente, las gestiones en curso se encaminan a negociar el pago de un rescate por parte de los propietarios del buque, pero ni siquiera esto es fácil en un país como Somalia, en el que proliferan bandas criminales y facciones armadas. El embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, está realizando gestiones desde Nairobi, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, mientras se reactivan los contactos que permitieron la liberación de dos cooperantes de Médicos del Mundo en enero pasado, tras ocho días de cautiverio.
Pero, al mismo tiempo, se han puesto en marcha los preparativos para tener lista una operación de rescate. La fragata Méndez Núñez, que navegaba por el Mar Rojo integrada en el grupo de combate del portaviones británico Illustrious, recibió el mismo domingo orden de dirigirse de inmediato a la zona.
Dos días de viaje
La Méndez Núñez estaba a unas 1.400 millas, por lo que tardará al menos 48 horas en llegar. Además, necesita repostar combustible para proseguir su travesía, por lo que ayer se barajaba la posibilidad de que hiciera escala en Yibuti. Dicha escala podría servir también para enviar desde España un grupo de operaciones especiales. La fragata lleva a bordo un equipo de Infantería de Marina, con tiradores de élite, pero se considera insuficiente para una operación de esa envergadura.
Más cerca (a unas 800 millas) está la Task Force 150, una flota multinacional encabezada ahora por Francia y encuadrada en la operación Libertad Duradera, de lucha contra Al Qaeda, a la que ha pedido apoyo España.
Pese a ello, el secretario general de Política de Defensa, Luis Cuesta, fue concluyente. "No contemplamos una solución militar", dijo. Fuentes gubernamentales explicaron que ninguno de los buques apresados hasta ahora ha sido liberado con una acción de fuerza, que sería muy arriesgada. Otra cosa es intervenir una vez pagado el rescate para detener a los secuestradores y recuperar el dinero. Es lo que hicieron comandos franceses el pasado día 11, después de que los piratas liberasen a los 30 tripulantes del velero Ponant.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, contactó con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, con el Alto Representante de la UE, Javier Solana, y con la Secretaría General de la Unión Africana, que puso a disposición de España a su enviado en Somalia. La presidencia de la UE emitió un comunicado de condena.
Todo lo que sabe del Playa de Bakio es que no hay heridos entre sus tripulantes. "Estamos bien todos, de momento no hay problemas", declaró a RNE el patrón del buque, Amadeo Álvarez, a quien los secuestradores dejaron llamar a su familia.
Según dijo a Efe Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia a Navíos del Este de África, los piratas proceden de Bareda, una población de Putlandia, la región septentrional del país, donde se producen la mayoría de los ataques, y el buque se dirigiría hacia el puerto de Obbia, a medio camino entre Bareda y Mogadiscio. Aunque Exteriores indicó inicialmente que la captura se había producido "en aguas somalíes", posteriormente matizó que había sido "en aguas internacionales", a unas 230 millas, donde fue abordado por cuatro hombres con lanzagranadas.
Al menos desde hace dos años los pesqueros españoles tienen prohibido entrar en aguas de Somalia. El Gobierno ha rechazado hasta ahora el envío de una fragata para dar protección a los 22 atuneros que faenan en el Índico, pese a las repetidas peticiones de los armadores y del PNV. El argumento que se ha esgrimido es la ineficacia, pues una fragata sería insuficiente para cubrir una zona de miles de millas, y el alto coste, ya que haría falta arbitrar un sistema de relevos.
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