La importación cítrica prefiere Barcelona ante los controles de Valencia
Cataluña se convirtió en 2007 en la mayor importadora de cítricos de España, desplazando del primer puesto a la Comunidad Valenciana. El destino de la mayor parte de esa mercancía sigue siendo, sin embargo, los almacenes valencianos, donde se manipulan. La paradoja de que los puertos de la comunidad autónoma vecina sean la principal vía de entrada en España (y Países Bajos, el segundo país de donde más cítricos se importan), con el coste de transporte que supone, fue denunciada por Cristóbal Aguado, presidente del sindicato AVA, como una estrategia de los operadores para "huir del mayor rigor" de las inspecciones fitosanitarias que se realizan en Valencia.
Los controles en los puertos de Valencia, Sagunto, Castellón y Gandia son más severos, señaló la organización agraria, por el mayor conocimiento del producto. Y sobre todo por el doble filtro establecido por la Generalitat, que lleva a cabo inspecciones en los almacenes receptores. Un trabajo que se complica cuando en vez de llegar por mar los cítricos alcanzan su destino por carretera.
El tráfico de importación citrícola en los puertos catalanes alcanzó las 73.227 toneladas, el doble que en 2006, mientras que los valencianos se quedaron en 68.471 toneladas, con un crecimiento del 23,7% respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Industria y Comercio.
Naranjas de Rotterdam
AVA reclamó al Gobierno que dé una vuelta de tuerca a los controles de los puertos catalanes para evitar la entrada a España de "partidas que puedan estar infectadas". La imposición de más filtros por parte del Consell parece haber provocado el desplazamiento de los operadores hacia el norte. Aumentar los controles en Tarragona o en Barcelona provocaría probablemente lo mismo. El sindicato advirtió ayer de que las importaciones de naranjas y mandarinas de un país tan poco citrícola como Holanda se dispararon un 121% en 2007.
El responsable de cítricos de La Unió de Llauradors, Josep Botella, señaló que la entrada vía Rotterdam y otros puertos del norte de Europa de cítricos, con controles menos exigentes que los valencianos es un problema que se arrastra desde hace tiempo. "Lo que ocurre es que la Unión Europea es un coladero. Tiene 15 inspectores de plagas de cuarentena cuando Estados Unidos tiene 700 u 800", afirmó.
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