Los cuatro de Londres
Los europeos (sólo) hablan de la crisis; mientras, Washington baja los tipos otro medio punto
La Reserva Federal bajó ayer medio punto el coste del dinero en Estados Unidos como respuesta a la irresistible presión de los mercados en demanda de más dinero y más barato para mitigar los efectos de la crisis de liquidez derivada de la crisis hipotecaria. La decisión es mucho más efectiva para los inversores que la reunión de Londres convocada por Gordon Brown, probablemente para ayudarse en el trámite parlamentario del nuevo Tratado europeo.
Sólo 90 minutos se reunieron los líderes de las cuatro mayores economías de la UE -Reino Unido, Alemania, Francia e Italia- para pedir más transparencia en las finanzas globales. Se trataba de preparar entre europeos el terreno para la próxima reunión en Tokio del G-8. Los cuatro líderes, más el presidente de la Comisión, dieron la impresión (falsa) de constituir un directorio europeo. El Reino Unido no está en el euro, lo cual le descalifica en buena parte; Francia y Alemania no se entienden, e Italia está en plena crisis política.
La decisión de la Fed deja en evidencia la debilidad de las reuniones europeas frente a la intervención monetaria directa en Estados Unidos. Los grandes encuentros como el de Londres, con sesudos pronunciamientos sobre la transparencia y vaguedades sobre la especulación a cargo de Sarkozy, son mensajes sumamente débiles frente a la contundente proyección sobre los mercados que supone el abaratamiento del dinero en 1,25 puntos en apenas 10 días.
Lamentablemente, a la reunión estrictamente política de Londres no fue invitado Zapatero. Sus manifestaciones sobre el sorpasso económico a Italia y en un futuro a Francia han recibido la respuesta previsible por casi todos (excepto, aparentemente, por el propio Zapatero). También faltaba el presidente de turno del Eurogrupo. Pero habrá que refrescar la memoria respecto al papel del FMI, que Brown y sus invitados quieren reforzar respecto a la supervisión de la estabilidad macrofinanciera y a la alerta temprana ante las crisis. Además de la ausencia de Zapatero de la reunión de Londres, no hay que olvidar la huida de la institución con sede en Washington de Rodrigo Rato. De haberse quedado, un español hubiera estado en un lugar importante en un momento oportuno.
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