_
_
_
_
Reportaje:

La fuente del 'agua de Bilbao' se agota

El bar La Goleta cierra sus puertas después de cuatro décadas ofreciendo el tradicional cava en el Ensanche de la capital vizcaína

El hostelero Castor Artajo, el propietario del bar que todavía lleva su nombre en la calle Ledesma de la capital vizcaína, descubrió en los años 60 del siglo pasado en el corazón del Ensanche de Bilbao un local que le recordó a la cabina de un barco. Una pequeña puerta daba acceso a un espacio oscuro, de forma alargada, en la calle Ibáñez de Bilbao. Artajo abrió allí un bar, le puso de nombre La Goleta por las reminiscencias marineras y empezó a ofrecer cava catalán embotellado con la etiqueta de "Agua de Bilbao". Así han pasado más de 40 años, recibiendo a los clientes y sirviendo Agua de Bilbao a raudales. Hasta el pasado viernes: venció el contrato de arrendamiento y el local cerró sus puertas para ser puesto a la venta.

En los últimos tres años han regentado La goleta Marina Marzana y Estibaliz Elortegi. El día del cierre fue una mezcla de lágrimas y fiesta. Los amigos y los clientes asiduos pasaron a despedirse y a brindar por el futuro. "Se acaba el contrato y se acaba nuestra etapa en La Goleta. Llegamos decididas a seguir con la tradición del Agua de Bilbao y hemos cumplido hasta el último día", contaba Marzana. "Aquí nunca se ha servido ni cava ni champán; sólo Agua de Bilbao, elaborada en el Penedés y especialmente embotellada con esa etiqueta. Sigue atrayendo a mucha clientela, sobre todo gente de paso que ha oído hablar del Agua de Bilbao".

Las hijas de Artajo recuerdan a su padre, que falleció en 1981, como un hombre imaginativo y lleno de proyectos. Uno de ellos fue registrar la denominación de Agua de Bilbao para explotar comercialmente una vieja anécdota sobre la legendaria fanfarronería bilbaína. El Agua de Bilbao nació cuando un grupo de bilbaínos, al término de una cena en un restaurante de San Sebastían en la que celebraban una victoria del Athletic frente a la Real, pidió esa bebida. Los camareros se disculparon porque no podían complacer la petición y entonces llegó la aclaración: en Bilbao llamaban agua al champán. Les sirvieron el champán, pero no se lo cobraron. El agua allí, les dijeron, se regalaba.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_