"El arte es como el sexo, para disfrutar hay que relajarse"
Paul Auster llega con un purito en la mano y gafas de sol. La cita es a primera hora de la mañana, ha dormido poco y se disculpa. Ayer se presentaba en la sección oficial fuera de concurso su película La vida interior de Martin Frost, un filme de bajo presupuesto rodado en menos de un mes en Portugal y que relata la relación de un escritor (interpretado por el británico David Thewlis) con su musa (la francesa Irene Jacob).
Auster (Nueva Jersey, 1947) reconoce que en su país la crítica le ha "masacrado". "Me afecta, pero no me hunde. Aunque creo que en mi país la crítica cinematográfica es más maligna que la literaria. Creo que han juzgado la película con prejuicios, que la vieron con ideas preconcebidas. El arte es como el sexo, si uno no está relajado no se disfruta". Auster suelta entonces una gran carcajada y añade: "La frase no es mía, es de mi mujer, Siri, pero me gusta bastante y, sinceramente, creo que es verdad. ¿O no? Siempre es mejor entregarse y dejarse llevar".
La película persigue un tono de farsa trágica que para el premio Príncipe de Asturias de las Letras (un escritor obsesionado con la construcción de la identidad a través de las palabras) refleja su visión de la vida: "Todos somos muy ridículos. ¿No lo cree? Somos muy absurdos, pero al mismo tiempo la vida está llena de cosas importantes, misteriosas y significativas".
El origen de La vida interior de Martin Frost era una película que bajo el título Cuentos eróticos pretendía reunir el trabajo de 12 directores. El proyecto no cuajó pero la historia de un escritor y una mujer misteriosa que resulta ser musa de un escritor que se retira en el campo siguió rondando al autor de Leviatán. "No creo en las musas, la verdad. Aunque no me importaría pensar que se parecen a Irene Jacob, que es pequeña como un espíritu".
Asegura que la experiencia de trabajar con un equipo casi familiar le ha resultado gratificante y que el cine no es una prolongación de su obra literaria, sino una manera de contar sus historias "visuales".
El escritor neoyorquino dice que ha terminado hace poco su última novela, y que saldrá a la venta dentro de un año. Se titula Man in the dark y transcurre en una sola noche en Vermont: "Es una novela sobre muchas cosas. La imaginación, la guerra de Irak, la familia, la pérdida. Es un hombre que no puede dormir, está muy perdido. El título hace referencia a la oscuridad de la noche y a la de su propia confusión". Auster cree que la situación política de su país sólo empeora y ya no sabe ni qué decir: "Es un momento realmente malo, desde hace un año es terriblemente malo, y, sinceramente, sólo se me ocurre rezar y rezar".
El presidente del jurado de la 55ª edición del Festival de San Sebastián ha pasado tres veces antes por un tribunal de cine. "Recuerdo cada fecha: Tokio 93, Venecia 96 y Cannes 97. Han pasado 10 años, quizá ya estoy mayor para estas cosas, pero me gusta este jurado, son gente lista y nuestras deliberaciones son muy interesantes".
Al preguntarle por sus películas de referencia, por el cine que le gusta contemplar, apura el purito y afirma: "A mí siempre me ha gustado el cine mudo. Creo que el sonido llegó demasiado pronto. Era el cine perfecto. ¿Se le ocurre algo mejor que Amanecer, de Murnau? Me gusta el neorrealismo italiano, y la nouvelle vague francesa, y un director como Howard Hawks, capaz de hacer cine de acción, comedia o un drama. Pero, sinceramente, ¿hay algo mejor que una película de Chaplin?"."Siempre me ha gustado el cine mudo. Creo que el sonido llegó demasiado pronto"
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.