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PÍLDORAS

Palomitas de maíz

En 2001, el Instituto Nacional para la Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH) de EE UU descubrió que algunos trabajadores de una fábrica de palomitas de maíz desarrollaban una extraña enfermedad pulmonar que denominaron bronquiolitis obliterante o cicatrización crónica de las vías respiratorias. Para los trabajadores afectados por esta enfermedad ocupacional, la cicatrización de las vías respiratorias fue tan grave que varios de ellos entraron en lista de espera para un trasplante de pulmón. Ahora, un equipo de investigadores holandeses ha identificado el agente químico que podría ser uno de los responsables -quizá el único responsable- de la "enfermedad de los trabajadores de palomitas de maíz", tras encontrar la misma dolencia en trabajadores de una planta de producción de diacetil, según se publica en el último número del American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. Esta sustancia química es la utilizada como aromatizante para dar sabor a mantequilla a las palomitas.

Colesterol y Alzheimer

Las personas que toman estatinas para disminuir el colesterol pueden tener además menor riesgo de desarrollar los cambios cerebrales propios del Alzheimer, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington, en Seattle (Estados Unidos) publicado en el último número de Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología. Según la doctora Gail Li, profesora de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y coautora del estudio, varias investigaciones han señalado ya que las personas que toman medicinas para controlar el colesterol y la grasa corporal pueden ser menos propensas a desarrollar Alzheimer. "Sin embargo", indica, "nuestro estudio es el primero que compara los cerebros de la gente que recibió estatinas con los de aquellos que no tomaron".

Alcohol y memoria

Un nuevo estudio sobre la recuperación de memoria en ex alcohólicos ha encontrado que su actividad cerebral en las áreas clave del cerebro es inferior que en otras personas, aun en ausencia de daño demostrable en la estructura cerebral. El estudio aparece publicado en el número de septiembre de la revista Alcoholismo: Investigación Clínica y Experimental. "

Incluso en el cerebro de un alcohólico existe algún daño cognoscitivo, aunque no haya evidentes cambios estructurales cerebrales", afirma uno de los autores, el neuropsiquiatra japonés Motoichiro Kato, de la Universidad Keio, en Japón. Para el profesor del departamento de Psiquiatría y Ciencia Comportamental de la Universidad de Stanford, Edith V. Sullivan, "el daño en diferentes aspectos cognitivos, sensoriales o motores puede provenir de alteraciones en los sistemas neuroquímicos, que son los que permiten a la información ser llevada rápidamente y de manera eficiente entre regiones cerebrales".

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