Rumsfeld propuso un cambio de rumbo en Irak antes de irse
Bush estudia el informe que hizo el secretario de Defensa dos días antes de dejar su cargo
Un día antes de las legislativas de noviembre y a dos días de su salida del Gobierno, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, remitió un informe clasificado a la Casa Blanca en el que aseguraba que la estrategia en Irak no estaba funcionando, según informó ayer el periódico The New York Times. En el documento, filtrado al diario, Rumsfeld destaca varias opciones para cambios en la política de Bush, incluyendo reducir las fuerzas militares y las bases en Irak, así como modificar la misión y los objetivos.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley, salió ayer al paso de la información y aseguró en un programa de la cadena ABC que el presidente George W. Bush está estudiando las opciones para realizar los cambios en la política iraquí sugeridos por Rumsfeld.
"Lo que el secretario Rumsfeld hizo fue reunir una especie de lista de la compra de ideas", justificó Hadley en el programa This Week, tratando de quitar peso a un informe que tiene un valor añadido y simbólico al venir de la persona que ha defendido a capa y espada el famoso "mantener el rumbo" en la desastrosa guerra de Irak. Bush está de acuerdo con Rumsfeld en que "las cosas no van lo suficientemente bien, o lo suficientemente rápido, en Irak", dijo Hadley citando palabras de Rumsfeld recogidas en el informe.
"Tenemos que adoptar algunos cambios, necesitamos un nuevo modo de avanzar en Irak, y de eso trata esta revisión política", agregó el asesor de seguridad nacional. Por revisión política Hadley se refería a la presión que el presidente está sufriendo para que modifique su política en Irak -y que ahora incluso llega de quien hasta hace poco le susurraba palabras bélicas al oído- y a la presentación tan pronto como esta semana del memorando del Grupo de Estudios para Irak, un comité con representantes demócratas y republicanos presidido por el antiguo secretario de Estado James Baker, y que ha estado revisando la política estadounidense en el país mesopotámico.
El informe, autentificado por el Pentágono pero del que Rumsfeld no ha hecho un solo comentario, no deja traslucir que el todavía secretario de Defensa tuviera intención de dimitir ni la Casa Blanca cree que fuera una maniobra para no perder su puesto de trabajo. Rumsfeld abandonará la Administración cuando el Senado confirme a su sucesor, Robert Gates, lo que se espera que ocurra a finales de este mes.
Bajo el título "Irak, nuevos e ilustrativos rumbos de acción", el informe refleja una preocupación creciente sobre una guerra que ha evolucionado de "importantes operaciones de combate a contraterrorismo y luego lucha contrainsurgencia para acabar lidiando con escuadrones de la muerte y violencia sectaria".
Para lograr el cambio, Rumsfeld destaca varias opciones en el documento que suponen drásticos cambios en la política de Bush: reducir las fuerzas sobre el terreno, así como la presencia de bases estadounidenses en Irak. El desplazamiento de tropas estadounidenses cerca de las fronteras con Siria e Irán, un incremento del número de asesores militares estadounidenses y la transferencia de más equipos a las fuerzas de seguridad iraquíes, son algunas otras de las ideas. Llevar a las tropas desde "posiciones vulnerables" en Bagdad a áreas más seguras, como el vecino Kuwait, donde pueden actuar como una fuerza de reacción rápida es otra sugerencia. Esta última idea es similar al plan sugerido por el congresista demócrata John Murtha, plan que la Casa Blanca ha repudiado en todas las ocasiones.
Desde luego, la "opción menos atractiva" para Rumsfeld es "el rumbo actual" de EE UU de colocar más tropas en Bagdad para combatir a los grupos insurgentes o un aumento de las tropas en general; la programación de una fecha fija para la retirada y la convocatoria a una conferencia de paz entre las facciones.
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