"Rumsfeld es el responsable directo del desastre"

David Blunkett, de 58 años, ha sido uno de los políticos laboristas británicos que más ha dado que hablar en los últimos tiempos. Estrecho colaborador de Tony Blair, invidente y originario de una familia pobre, ha sido ministro de Educación (1997-2001), del Interior (2001-2004) y de Trabajo y Pensiones (2005). Los escándalos le han perseguido y en dos ocasiones ha tenido que dimitir de sus cargos. Hoy es miembro de la Cámara de los Comunes y aunque no echa de menos el poder, no descarta volver. La intervención británica en la invasión de Irak se decidió siendo miembro destacado del Gobierno de Blair. Blunkett participó hace unos días en Madrid en un acto de la Fundación Alternativas..

Pregunta. ¿Está el Partido Laborista dividido por la política Blair sobre Irak?

Respuesta. Todo el país está dividido, las familias están divididas, y mi partido está dividido. Seguimos debatiendo el tema, pero no permitimos que el asunto nos destruya. Indudablemente nos ha perjudicado en términos de popularidad política. De hecho, en el lado americano nada es seguro, pero nosotros pudimos ganar las elecciones generales del año pasado. Hay mucho desacuerdo, aunque estamos unidos en una cosa: necesitamos que el Gobierno iraquí esté en condiciones de asegurar las cosas en su país. Cuanto antes podamos lograr eso, antes podremos retirarnos de allí.

P. ¿Qué errores se han cometido para que todo vaya tan mal?

R. Fue un error, aparte de que la gente en mi país esté de acuerdo o no con la decisión de ir con los americanos, que después de las primeras tres semanas y media de conflicto, cuando el régimen de Sadam Hussein ya había sido derrotado, los americanos desmantelaran la administración civil, el gobierno local, y, sobre todo, los cuerpos de seguridad en un intento de eliminar todo rastro del partido Baath de las estructuras de poder. Y Donald Rumsfeld es el responsable directo de ese error. Ahora que ya se ha ido, quizás la gente sea más abierta y honesta a la hora de hablar de los errores que aún quedan. Me parece justo decir que la secretaria de Estado Condoleezza Rice aceptó en su visita a Londres que fue un error desmantelar la estructura del Estado, que debíamos haber aprovechado y perfeccionado lo que había en vez de destruirlo. Tratar de poner todo en orden otra vez es indudablemente lo que ha marcado enormemente los últimos tres años.

P. ¿Estuvo usted de acuerdo con la intervención?

R. Sí, porque el 7 de noviembre de 2002 el Consejo de Seguridad de la ONU unánimemente aprobó los términos para la verificación no sólo de lugares donde podría haber armas de destrucción masiva sino también para que los científicos pudiesen reconstruir lo que había entre 1992 y 1998. Si se hubiese hecho eso probablemente hubiéramos podido alcanzar un acuerdo en la ONU. Lamentablemente no se pudo. Sadam se burló. Mi decisión a favor de que se actuase nunca estuvo condicionada a que se encontrasen armas de destrucción masiva, sino por el rechazo flagrante de Sadam a cumplir con la resolución de la ONU. Podemos discutir sobre eso, pero cuando lo hicimos en Kosovo fue un éxito. La diferencia es que en Irak no lo ha sido.

P. ¿El mundo está mejor o peor que antes de la invasión?

R. Mientras el Gobierno iraquí no asegure su propio futuro, la región de Oriente Próximo será insegura, y, por tanto, el mundo. Si queremos un Estado que funcione en Irak tenemos que dar alguna oportunidad a un acuerdo entre Israel y los palestinos. Si lo hacemos, el mundo será más seguro, porque con ello Al Qaeda tendrá menos argumentos para decir que no se hace lo suficiente para acabar con las injusticias con el pueblo palestino. Al Qaeda tiene capacidad para crear terrible destrucción y desestabilización.