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Corea del Norte desafía al mundo

China acepta por primera vez la imposición de sanciones al régimen norcoreano

El Gobierno chino descartó ayer la posibilidad de una intervención militar contra Corea del Norte, que según dijo es "inimaginable", pero admitió, en un giro de 180 grados en su política, la aplicación de sanciones por parte de la ONU. Por su parte, Estados Unidos y Japón quieren que el Consejo de Seguridad traduzca ahora sus preocupaciones por la supuesta prueba nuclear en acciones concretas, en forma de sanciones económicas y diplomáticas. El lenguaje de la futura resolución deberá modularse para que cuente con el apoyo de Pekín.

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"Pensamos que el Consejo de Seguridad debe tomar medidas adecuadas, pero cualquier acción debe ayudar a lograr una península coreana desnuclearizada a través de los esfuerzos diplomáticos, el diálogo y las consultas", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino.

El Gobierno de Pekín aseguró que la prueba realizada el lunes "tendrá sin ninguna duda un impacto negativo en las relaciones entre China y Corea del Norte", pero insistió en que continuará la política amistosa con su vecino. Las negociaciones multilaterales para el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano se encuentran paralizadas desde finales del año pasado. En ellas, además de Corea del Norte, Estados Unidos y China, participan Corea del Sur, Rusia y Japón.

La prueba atómica ha supuesto una bofetada para los esfuerzos diplomáticos de China, que desde 2003 ha acogido sin éxito varias rondas de negociaciones. Hasta tal punto que el ministro de Exteriores de Australia -uno de los pocos países con embajada en Pyongyang-, Alexander Downer, dijo ayer que el régimen de Kim Jong-il había "humillado a China" con la explosión.

Pekín se ha opuesto continuamente al uso de sanciones económicas para resolver la crisis, pero la realización de la prueba -a pesar de las repetidas advertencias chinas para que no la llevara a cabo- ha colocado al Gobierno del presidente Hu Jintao entre la espada y la pared, lo que podría obligarle a aceptar medidas más duras.

El papel de China será clave a la hora de solventar el conflicto, dado que es el principal valedor de Corea del Norte. El 80% de la ayuda que recibe el país estalinista y el 50% de su comercio tienen lugar con su vecino aliado, según el ministro Downer.

Qué pasos dará Pekín está por ver. Los analistas creen que el fracaso de la política que ha mantenido hasta ahora le obligará a aceptar la imposición de sanciones internacionales, lo que afectará a sus relaciones con Corea del Norte, pero que de ningún modo respaldará una acción militar.

Embargo comercial

Mientras tanto, en Nueva York, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y Japón se reunieron ayer dos veces para discutir la respuesta al desafío norcoreano. La pasada madrugada, los expertos jurídicos estuvieron dando forma a un texto con la docena de ideas planteadas por Estados Unidos, que incluyen una batería de sanciones que pasaría por un embargo total de armas, la congelación de activos financieros y restricciones al comercio de material militar y de artículos de lujo que puedan ser utilizados en el programa nuclear. Además, se quieren controlar las mercancías que entren o salgan de Corea del Norte.

Japón, que ocupa la presidencia de turno en el consejo, es más severo y pide que ningún país permita el aterrizaje de aviones norcoreanos en su territorio ni el atraque de barcos, además de prohibir los viajes a altos funcionarios del régimen.

El Gobierno de Tokio considera la prueba nuclear como un acto hostil que pone en riesgo la paz y la estabilidad en todo el norte de Asia. Por eso su embajador, Kenzo Oshima, considera que deben adoptarse "medidas apropiadas" para forzar a Pyongyang a renunciar a su ambición atómica. "Sabemos dónde estamos y hacia dónde queremos ir", subrayó.

El primer borrador de resolución hecho circular ayer por Estados Unidos expresa una condena enérgica a la prueba nuclear y pide a Pyongyang que vuelva de "inmediato" y "sin condiciones previas" a la mesa de negociaciones a seis bandas. El embajador estadounidense, John Bolton, dijo ayer que su país no se va a dejar intimidar por el régimen norcoreano y dejó claro que el presidente, George W. Bush, quiere resolver el problema por la vía pacífica. "Han tenido éxito con otros países, pero no con nosotros", remachó.

Un manifestante muestra un cartel en el que se lee "No a las pruebas nucleares de Corea del Norte", ayer en la ciudad de Quezon (Filipinas).
Un manifestante muestra un cartel en el que se lee "No a las pruebas nucleares de Corea del Norte", ayer en la ciudad de Quezon (Filipinas).ASSOCIATED PRESS

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