La UE acepta coordinar la aportación europea a la fuerza de paz en Líbano
España, Francia e Italia mantienen la oferta de tropas en espera de las aclaraciones de la ONU
Altos cargos de los ministerios de Exteriores y Defensa de los Veinticinco se reunirán el miércoles en Bruselas para coordinar la participación europea en la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL). La reunión, convocada por la presidencia finlandesa de la UE a iniciativa española, llega después de que la ONU instara a los países europeos a concretar su aportación. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, habló ayer con la canciller alemana, Angela Merkel, y con su homólogo italiano, Romano Prodi.
La reunión del miércoles es el primer intento por dar una "respuesta europea" a la situación de Líbano, donde se mantiene un precario alto el fuego desde hace una semana tras 33 días de guerra entre Israel y Hezbolá. Aunque varios países de la Unión (Francia, Italia y España, sobre todo) se han mostrado dispuestos a participar en el fortalecimiento de la FINUL -que dispone en este momento de 2.000 cascos azules y que la resolución 1701 del Consejo de Seguridad propone ampliar hasta 15.000 efectivos-, ninguno ha concretado nada. La Unión Europea como tal ha permanecido, de momento, al margen de la negociación.
El jueves se reunieron en Nueva York, en la oficina del Departamento de Operaciones de Paz de la ONU, representantes de una veintena de países candidatos a enviar tropas a Líbano. Sin embargo, los únicos que se comprometieron a enviar soldados en un número significativo fueron los asiáticos -Bangladesh, Malaisia, Nepal e Indonesia-, que carecen de capacidad y de medios para abordar una operación tan compleja.
Francia, de quien se espera que asuma el mando de la fuerza, se limitó a anunciar el inmediato envío de 200 soldados. Italia, España o Bélgica evitaron concretar su posible aportación en espera de saber más sobre el reglamento por el que se va a regir esa fuerza. [Ayer, ante la indecisión francesa, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, pidió a su homólogo italiano, Romano Prodi, que Italia lidere la fuerza de paz de la ONU, según un comunicado, informa Reuters].
La ONU, que no ocultó el viernes su decepción por la escasez de ofertas, se dirigió a los países europeos a través de su vicesecretario general, Mark Malloch Brown. "Hago un llamamiento a Europa para que refuerce su compromiso", dijo. Naciones Unidas quiere que la FINUL alcance los 3.500 soldados a primeros de septiembre y que en esa avanzadilla haya tropas de algún país de la UE.
Dudas de Francia
Antes de que se conociera ayer la convocatoria de la reunión de Bruselas, el ministro francés de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, hizo un llamamiento a la "solidaridad europea" para suministrar tropas a la FINUL, pero sin concretar más. "He pedido al ministro finlandés de Exteriores una reunión para que los diferentes países europeos clarifiquen sus contribuciones", agregó. Un portavoz del Ministerio de Exteriores español dijo que la reunión, que se celebraría en el marco del Comité Político y de Seguridad de la Unión (COPS), se celebrará a petición de Madrid, pero admitió que otros países habían hecho la misma demanda.
La indefinición de Francia, que en un principio se mostró dispuesta a una contribución destacada y que después se echó atrás, ha sumido en la duda a sus socios. El Gobierno italiano, dispuesto a enviar hasta 3.000 efectivos, aprobó una autorización genérica; y el español, que habló públicamente de contribuir con 700 a 800 soldados, aún no lo ha confirmado oficialmente.
Éste no es, sin embargo, el mayor problema. El ataque el sábado de Israel en el valle de la Bekaa, calificado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como una violación del alto el fuego, demuestra que el cese de hostilidades está lejos de ser completo y real, como exigían los países dispuestos a contribuir a la FINUL. "Israel no da la guerra por terminada. Está dispuesto a golpear a Hezbolá cada vez que pueda y, cuando Hezbolá quiera responder, nosotros estaremos en medio", explicaba ayer un experto militar.
España pide más información
Fuentes diplomáticas españolas explicaron ayer que "el Gobierno ha expresado ya su voluntad política de participar", pero que la misión "necesita alguna clarificación" y también hay que estar atento "a la propia evolución de la situación" sobre el terreno.
Las clarificaciones pendientes se refieren no sólo a las características y composición de la fuerza, sino también a las reglas de enfrentamiento. "En particular, ¿a quién debe rendir cuentas el comandante de la FINUL? ¿Cuál es el grado de libertad de reacción de la fuerza?", se preguntaba gráficamente Douste-Blazy. La FINUL es una misión basada en el Capítulo VI de la Carta de Naciones Unidas, referido al arreglo pacífico de controversias, y no en el VII, que permite el uso de la fuerza para imponer la paz. La resolución 1701 permite el usar "todos los medios necesarios" para evitar que la franja comprendida entre la frontera israelí y el río Litani sea utilizada para la comisión de "actos hostiles" y también para evitar la presencia de elementos armados irregulares, en alusión a Hezbolá.
Francia quiere que el comandante de la FINUL, que actualmente es un general francés y con toda probabilidad lo seguirá siendo, tenga un amplio margen de discrecionalidad en el uso de estas reglas y no dependa de los responsables políticos de la ONU en Nueva York, como sucedía en Bosnia-Herzegovina.
Algunos de estos aspectos fueron abordados por Zapatero, durante las conversaciones telefónicas que mantuvo el sábado con Annan, y ayer con Prodi y con la canciller alemana, Angela Merkel. Aunque Alemania ha descartado participar con tropas, se ha mostrado dispuesta a prestar apoyo naval y a desplegar agentes aduaneros en la frontera entre Líbano y Siria para garantizar que se cumple el embargo de armas a Hezbolá, pretexto utilizado por Israel para justificar su último ataque.
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