Rusia y Francia, los mayores beneficiarios del petróleo iraquí
Francia y Rusia se encontraban en una situación inmejorable para hacer negocios con el régimen de Sadam Husein entre 1996 y 2003, mientras duró el programa Petróleo por Alimentos de la ONU, que pretendía paliar los efectos del embargo contra Irak. Por eso, cuando se permitió la venta de crudo iraquí, franceses y rusos fueron los principales beneficiarios del negocio.
En este sentido, las revelaciones del informe Volcker no son una sorpresa para nadie en estos dos países. Pero mientras en Francia prosiguen las investigaciones, la clase política y empresarial rusa ha reaccionado con rechazo y escepticismo.
El informe Volcker asegura que hasta 11 personalidades francesas se beneficiaron de bonos de petróleo iraquí, entre ellas el ex ministro del Interior, Charles Pasqua, algo que él niega. El juez Philippe Courroye ha procesado ya a seis personas, incluidos dos diplomáticos: Jean-Bernard Mérimée, embajador en la ONU entre 1991 y 1995, y Serge Boidevaix, ex secretario general del Ministerio de Exteriores. Pese a que ambos ya no formaban parte del servicio exterior francés cuando se produjeron los hechos, los dos ostentan el título vitalicio honorífico de embajador de Francia.
En 2002, aseguraba ayer Le Figaro, las cantidades de mercancías compradas por Irak en Francia eran "enormes" y cada contrato sobre automóviles, maquinaria agrícola o informática, era de 10 millones de dólares. El banco BNP-Paribas, que gestionaba las cuentas del programa Petróleo por Alimentos, tampoco sale bien parado, al haberse detectado sobrefacturaciones de crudo.
Iglesia ortodoxa
Del lado ruso, en la lista de los beneficiarios del programa figuran empresas como Lukoil, la primera petrolera de Rusia, formaciones políticas como el Partido Comunista de la Federación Rusa y el Partido Liberal Democrático, y ex altos funcionarios como el ex jefe de la administración del Kremlin, Alexandr Voloshin, que hoy es presidente de la junta directiva de Sistemas Energéticos Unificados, la mayor eléctrica del país. También figuran la Iglesia ortodoxa rusa y el Ministerio de Exteriores.
"No he visto el informe, pero creo que los hechos que pueda haber allí deben ser examinados cuidadosamente, y digo que pueda haber documentos que contenían firmas falsificadas de funcionarios rusos", dijo el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.Por su parte, Mijaíl Marguélov, el jefe del Comité de Internacional de la Cámara Alta, consideró que la investigación ilustra sobre la corrupción de muchas organizaciones internacionales y la ineficacia de las sanciones.
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