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Entrevista:Tony Blair | Primer ministro británico | EL FUTURO DE EUROPA

"Hay que volver a conectar Europa con las necesidades de la población"

Berna González Harbour

Imaginemos por un momento que Europa es una gran nadadora que se ahoga en medio de un fuerte oleaje. Tony Blair quiere ser el socorrista que acude a su encuentro y que le da un puñetazo para luego salvarla. El primer ministro británico, de 52 años, está embarcado en una operación de alto riesgo que le ha enfrentado a Francia y Alemania y que ha puesto en peligro su alianza no escrita con los nuevos socios europeos.

Tras forzar el fracaso de la cumbre europea la semana pasada, al rechazar el acuerdo presupuestario porque no incluía una revisión de los fondos agrarios, Blair se dispone a asumir el próximo día 1 la presidencia de turno de la UE con la mayor de las ambiciones: iniciar una reforma estructural del enfoque económico de la Unión para adaptarla al futuro. "No es hora de abandonar el modelo social europeo", dijo ayer Blair en su encuentro con varios periódicos europeos, entre ellos EL PAÍS, "pero sí de modernizarlo". El primer ministro expondrá hoy ante el Parlamento Europeo sus planes.

"Tenemos montones de trabajadores polacos en el mercado laboral británico, y sólo han hecho bien a nuestra economía"
"Nunca me ha asustado un debate. Lo que no puedo ver es que por plantear una cuestión concreta me acusen de antieuropeo. Es ridículo".
"Quiero un acuerdo justo sobre el presupuesto, necesitamos una perspectiva que no posponga el cambio hasta 2013. Europa no puede esperar"
"Hace falta una fuerte Europa social, pero relevante. Y eso no significa más y más regulaciones para las empresas..."
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Pregunta. Después del enfrentamiento de los últimos días, ¿cree que el Gobierno británico puede ser juez y parte al mismo tiempo?

Respuesta. Yo soy un apasionado proeuropeo, siempre lo he sido. He llevado al Partido Laborista a una posición proeuropea y creo en la UE como algo necesario en el mundo de hoy. Pero debemos reconocer que hay una crisis en la UE y que lo primero que tenemos que hacer es responder a las preguntas. Ya es hora de que los políticos iniciemos el debate que los ciudadanos de la Unión ya están celebrando: ¿cómo nos ayuda Europa ante los desafíos a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, ante desafíos como la globalización, el cambio económico, el social, la seguridad, el lugar de Europa en el mundo? En segundo lugar, tenemos que resolver un acuerdo financiero, pero un acuerdo que nos ayude a celebrar ese debate y no que lo oculte. Ha habido numerosas interpretaciones erróneas sobre la posición británica en los últimos días y quiero dejar claro que somos apasionados defensores de la ampliación y que pagaremos lo que nos corresponda de la ampliación. Estamos dispuestos a discutir sobre el cheque británico, pero tiene que ser parte de una discusión más amplia sobre el presupuesto europeo. Entiendo la posición de la comunidad agraria, y sé que cualquier cambio tendrá que empezar a aplicarse dentro de algunos años. Pero tenemos que usar el presupuesto como una oportunidad para ayudar a fijar una nueva dirección para Europa. Un presupuesto que gasta siete veces más en agricultura que en tecnología, ciencia, investigación y desarrollo no es un presupuesto que se corresponda con las necesidades. Quiero un acuerdo justo sobre el presupuesto, necesitamos una perspectiva que no posponga el cambio hasta 2013. Europa no puede esperar tanto tiempo.

P. ¿En qué términos renunciaría al cheque británico?

R. El cheque permanece si permanecen las razones por las que se creó. Si nos libramos de esas razones, tendremos una nueva posición sobre el cheque. Lo que no puedo permitir es una situación en la que, según la propuesta de la presidencia, estaríamos pagando 25.000 millones de euros más sin ninguna perspectiva de reforma a la vista. Yo no digo que haya que cambiar la Política Agraria Común de la noche a la mañana. Sólo digo que debería haber una revisión fundamental del presupuesto que nos permita empezar el proceso de cambio en la segunda mitad de las perspectivas financieras que comprenden el periodo 2007-2013. Es una petición modesta. Lo que no pueden es decirme que después de tantos años en los que los británicos hemos estado pagando más que ningún otro país -aparte de Alemania- deberíamos cambiar el cheque sin ese otro cambio [de los fondos agrarios]. Y ése es el problema.

P. ¿Está dispuesto entonces a congelar el cheque?

R. No es cuestión de congelar o no el cheque. La cuestión es si se quiere llegar a un acuerdo sobre la reforma global. Si se produce el cambio en todas partes, el Reino Unido también avanzará.

P. Supongamos que tiene razón y que hay que abrir un debate amplio sobre la reforma en Europa. ¿Qué pasa si Francia y Alemania no le quieren escuchar? ¿Si no le escuchan ni los nuevos socios?

R. Respecto a los nuevos socios, nos encargaremos de que estén bien. El 80% de los fondos agrarios van a ser para ellos. Respecto a los riesgos con Francia y Alemania, mi actitud es muy simple. Nunca me ha asustado emprender un debate. Lo que no puedo ver es que uno plantee que hay que abordar una cuestión concreta, y que por ello te acusen de antieuropeo. Es ridículo. No digo que tengamos todas las respuestas, que nuestra opinión sobre el modelo social europeo sea correcta. Sólo doy mi opinión. ¿Cuál es el mayor problema que afronta hoy la UE? Veinte millones de desempleados. ¿Qué hace el presupuesto por ellos? No mucho. ¿Qué hace la política económica europea por ellos? No gran cosa. Hay que realinear las prioridades de la gente con las prioridades de los políticos. Y si hacemos eso, habremos encontrado la verdadera naturaleza del debate en Europa.

P. ¿Y cree que logrará abrir ese debate? Es más, ¿cree que alguien le está escuchando?

R. No creo que estemos aislados en este debate, en absoluto, hay muchos países en torno a la misma mesa, y sobre todo están los ciudadanos de Europa. No estoy planteando nada irracional.

P. Tal vez puede empezar el debate, pero no parece estar en posición de ganarlo.

R. ¿Por qué? ¿Creen que los europeos piensan que su modelo social satisface sus preocupaciones? No lo creo. Si volvemos a la Agenda de Lisboa, miren lo que dijimos, la ambición que teníamos era convertirnos en la economía más competitiva del mundo para 2010. Estamos a medio camino y ¿creen que estamos en vías de convertirnos en la economía más competitiva del mundo? Por favor, ¿quién puede renunciar a hablar de esto antes de celebrar ese debate? Sentémonos a hablar y después decidiremos. Pero algunos están diciendo que yo estoy por la Europa del mercado libre sin ninguna Europa social ni política. ¡Yo no digo eso! Digo justo lo contrario. Estoy diciendo que hace falta una fuerte Europa social, pero relevante. Y eso no significa más y más regulaciones para las empresas... Lo que significa es más inversión en formación, ciencia, tecnología, innovación, políticas sociales que permitan a la gente salir del sistema de subsidios y volver al trabajo activo... Esto es lo que diré en el Parlamento Europeo mañana. Y si esto me hace impopular en algunos ámbitos, qué se le va a hacer.

P. Usted ha rechazado la propuesta de Luxemburgo sobre el presupuesto. ¿No cree que al final va a tener que aceptar una no muy diferente si quiere realmente alcanzar un acuerdo en su presidencia?

R. La oferta no era razonable ni en términos de reforma ni de dinero. Yo tengo que volver aquí y decirle al pueblo británico: "Con el cheque habríamos alcanzado en unos años la paridad con Francia como contribuyentes por primera vez. Pero he renunciado a eso y vamos a pagar 20.000 o 25.000 millones más. Y además no tengo ningún compromiso para iniciar la reforma". No había forma de vender eso. He hecho muchísimos compromisos en Europa. Y haremos lo mejor posible sobre este presupuesto. Pero necesitamos un compromiso de Francia de que el proceso de reforma no empezará en 2014, sino antes.

P. ¿La Constitución ha muerto?

R. Todavía creo que la Constitución representa un conjunto de normas sensato. Y en algún momento Europa va a tener que volver a esta cuestión. No creo que la gente votara contra la Constitución pensando en los detalles, diciendo "no puedo aceptar los artículos 1 a 35"; no, ésa no es la cuestión. Era el contexto político equivocado para Europa. Hay que reconectar Europa con las necesidades de la población.

P. Pero hay quienes temen que eso nos lleve en dirección contraria a la unión política.

R. Yo estoy a favor de la unión política, la unión social. Cuando hablamos de ampliación, no vamos a solucionar la cuestión diciendo simplemente "seguimos adelante". Tienes que reaccionar explicando por qué la ampliación es buena para nosotros, porque lo es de verdad. Tenemos montones de trabajadores polacos en el mercado laboral británico, y sólo han hecho bien a nuestra economía.

P. ¿Cuál será su mensaje ante el Parlamento Europeo?

R. Es hora, no de abandonar el modelo social, sino de modernizarlo. Es hora de reconectar las prioridades de la gente con las prioridades de Europa.

El primer ministro británico, Tony Blair, gesticula durante una conferencia de prensa en abril pasado.
El primer ministro británico, Tony Blair, gesticula durante una conferencia de prensa en abril pasado.REUTERS

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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