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Reportaje:

La riqueza mestiza de Nélida Piñon

La escritora brasileña gana el Príncipe de Asturias de las Letras por la fuerza expresiva de su obra

Juan Cruz

Nélida Piñon siempre parece feliz. Lo es. Ayer lo fue mucho más, porque España es su vínculo exterior. Aquí tiene a su agente, Carmen Balcells; de aquí, de Canarias, es el padre Anchieta, que evangelizó Brasil y a quien ella ha dedicado buena parte de su trabajo, y Galicia es su otra patria, a ella va cada vez que puede y en ella recibe agasajos que ella toma como nuevos bautismos gallegos.

Su literatura, dijo ayer Mario Vargas Llosa, es un magnífico ejemplo de la imaginación brasileña, cuya prosa ha contribuido a renovar, y ella misma es una mujer comprometida con su lengua, y, cómo no, con la lengua española. "Creo que mi pasión por la literatura viene de haber aspirado a ser aventurera desde niña. Tenía el modesto proyecto de jamás dormir una segunda noche bajo el mismo techo. Y después me convertí en una gran enamorada de la vida y de los seres humanos. No puedo respirar sin la complicidad de los otros. Pasé la vida creyendo que algo iba a pasar que me cambiaría para siempre, y eso fue la literatura, mi propia revolución", manifestó la escritora.

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¿Y qué libro es el que mejor refleja esa actitud ante la literatura? "Voces del desierto, que está por aparecer en España. Es la fabulación. Reverencio la fabulación; es un instrumento solidario y socializante".

[Según la Fundación Príncipe de Asturias, Nélida Piñon "ha trasladado al ámbito universal la compleja realidad de Iberoamérica con una prosa rica en registros, que incorpora con extraordinaria brillantez las distintas tradiciones y raíces culturales del continente latinoamericano", informa Javier Cuartas. La candidatura, propuesta por el director del Cervantes de Río de Janeiro, Francisco Corral Sánchez-Cabezudo, se impuso a Philip Roth, que resultó finalista. Con ambos llegaron al tramo final de las deliberaciones Paul Auster y Amos Oz. El galardón, dotado con 50.000 euros y una escultura de Joan Miró, lo recibirá Piñon en Oviedo en octubre].

Una mujer feliz

Y es una mujer feliz, lo transmite. Cuando se produjo la última gran nevada española, el último mes de diciembre, viajaba en automóvil desde Barcelona, donde había estado con su gran amiga Carmen Balcells, a Madrid, desde donde debía tomar un vuelo de vuelta a Río de Janeiro. El temporal la atrancó en Soria, y ella lo capeó como si estuviera a bordo de un barco que conociera bien. Al día siguiente, superado el tremendo escollo de la nieve, la ahora premio Príncipe de Asturias parecía, en Barajas, una princesa a punto de salir de las aguas termales.

¿De dónde le viene a esta escritora esa elegancia que lleva como si fuera parte de su sonrisa? Según Carmen Balcells, que la conoció hace treinta años y se convirtió en su agente literaria, su modo de ser feliz le viene de la infancia; su padre fue fabricante de neveras, y campeón de natación, y le facilitó la educación y la lectura. Desde muy chica le abrió una cuenta en una floristería, desde donde podía obsequiar con flores a sus amistades, y otra cuenta, libre, en una librería. La madre, además, le alentó la afición al ballet y al teatro, y de esta última pasión viene su gusto por la armonía, por hacer que todo funcione alrededor sin que a la vida se le altere un músculo.

Cuando tenía 17 años ya se sabía de memoria el protocolo inglés, y una de sus máximas es que no se note que se lo sabe. Mario Vargas Llosa dice que su educación refinada es algo de otro mundo y de otro tiempo, aunque ella esté profundamente asentada en la realidad y en la vida. No habla mal de nadie, ni nadie le puede hablar mal de nadie. Cuando era niña y todavía su padre no le había abierto las puertas de la librería, Nélida Piñon leía en el cuarto de baño, hasta altas horas, y disimulaba la luz colocando en la rendija una toalla.

Después ya leyó libremente, y eso se nota en lo que escribe. La impulsan aquella elegancia y un sentido religioso de la amistad. Hace unos años viajó desde Brasil con una torta de Paraná para celebrar con la Balcells el cumpleaños de ésta. Es difícil escuchárselo de nadie a la famosa agente literaria, pero ayer confesaba Carmen Balcells que esta brasileña de origen gallego es la única autora de su elenco que también es su amiga personal, de los pocos capaces de levantarle el ánimo. Silenciosa cuando debe estarlo, tiene tres pasiones, aparte de la amistad y de su país: Galicia, la literatura y el padre Anchieta. Estos días, uno de los candidatos gallegos, el socialista Touriño, dijo que estaba leyendo La república de los sueños, de Nélida. Cuando ella lo sepa le mandará flores, o libros.

Ayer nos habló de España, de Galicia. "España es un refugio amoroso. Ahí están mis raíces y mucho de mi pequeño misterio", comentó. "Galicia es mi mito, una especie de tierra prometida. En Galicia los mitos comen en la mesa con uno".

Dicen que en su nevera hay provisiones para una posible guerra mundial... No es sólo una previsión; con esa abundancia encerrada en el frigorífico le rinde también un agasajo al trabajo con el que su padre la alimentó en su infancia inmensamente feliz.

¿Sigue siendo verdaderamente feliz? "Sí, al menos tengo mucho humor. Y Cervantes ha sido mi maestro. Con él aprendí el sentido de la ilusión y el sentido del ridículo".

Nélida Piñon, ayer en su casa de Río de Janeiro tras recibir la noticia del premio.
Nélida Piñon, ayer en su casa de Río de Janeiro tras recibir la noticia del premio.EFE
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