El consejo de universidades plantea reducir la cifra de carreras casi a la mitad

La Universidad española tendrá 77 titulaciones de Grado (que sustituirán a las actuales diplomaturas y licenciaturas) en lugar de 140 si se acepta la propuesta elaborada por las cuatro subcomisiones del Consejo de Coordinación Universitaria, el máximo órgano de supervisión de la educación superior española, con el triple objetivo de homologar los estudios al resto de la UE, de actualizarlos y flexibilizarlos.

La proposición -que está abierta a cambios y a la que aún deben dar el visto bueno una comisión de expertos (formada por rectores y personalidades de reconocido prestigio), la comisión académica del consejo universitario y el Gobierno- incluye una reorganización de las carreras de humanidades en 10 títulos, en lugar de 26; de las enseñanzas técnicas en 26, en vez de 59; de las de ciencias experimentales y de la salud en 22 (ahora hay 24) y de las de ciencias sociales y jurídicas en 19 (hay 31).

La difusión parcial de las primeras propuestas ha empezado a provocar las primeras quejas de los sectores más afectados por la reorganización. En especial han protestado e incluso empezado a recoger firmas de apoyo a sus titulaciones los colectivos relacionados con las carreras de Filología, Humanidades, Historia del Arte, Geología y algunas ingenierías.

Las subcomisiones han insistido en que la propuesta está aún abierta y en que se ha hecho "atendiendo al interés general, teniendo en cuenta la necesidad de vincular los estudios universitarios a la realidad, de flexibilizarlos y de fomentar tanto su eficiencia como su objetivo de creación de conocimiento", según explican fuentes del Consejo de Coordinación Universitaria. La principal petición que realizó el Gobierno a estos expertos cuando les encargó la tarea, al inicio del presente curso académico, fue que atendieran la equivalencia de los títulos con el resto de la UE.

Movilidad por la UE

La reorganización de estos estudios se está haciendo en todos los países europeos a la vez, según lo acordado el 19 de junio de 1999 en la Declaración de Bolonia, con el fin de crear un Espacio Europeo de Educación Superior en el que se dé la máxima facilidad de movilidad por los países de la UE tanto a los estudiantes como a los titulados.

Los expertos de los grupos de trabajo del Consejo de Coordinación Universitaria (rectores, representantes de las comunidades autónomas y personalidades de prestigio) que han realizado propuestas más innovadoras han sido los encargados de las carreras de humanidades y técnicas.

Algunos miembros de las subcomisiones consideran que esta tarea debería haber sido encargada a una comisión de expertos nacionales e internacionales que no estuvieran vinculados ni a los responsables de las universidades ni a las comunidades autónomas. Sin embargo, el secretario de Estado de Universidades, Salvador Ordóñez, argumenta que el consejo universitario es el que siempre se ha hecho cargo de las reformas de los planes de estudios, que no se puede realizar un cambio de esta envergadura en la Universidad sin que parta de este organismo y que además éste ya llevaba tiempo trabajando en esta cuestión.

La propuesta de la subcomisión de humanidades incluye una reorganización de las 14 filologías actuales en cuatro títulos, en dos de los cuales los alumnos estudiarían una lengua principal y otra secundaria (a elegir ambas por las universidades, entre las lenguas modernas, orientales y autonómicas). Posibles combinaciones serían catalán como lengua principal y francés como secundaria; inglés como principal y árabe como secundaria, y francés como principal y turco como secundaria.

Del grupo de Humanidades, las licenciaturas que no seguirían serían Historia del Arte y la denominada Humanidades. Los contenidos de esta última se integrarían en la carrera de Historia, y se podrían cursar como una especialidad.

Los máster técnicos

La subcomisión de Enseñanzas Técnicas propone 26 títulos de Grado -a los que no descartan añadir dos más relacionadas con las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)- y siete máster para los que sugieren reservar las denominaciones de las actuales ingenierías. La carrera de Grado de Arquitecto, regulada por una norma propia en Europa, quedaría como ahora, con una duración de cinco años. Arquitectura Técnica pasaría a denominarse Ingeniero de la Edificación y duraría cuatro años y el resto de los Grados estaría compuesto por ingenierías de cuatro años.

En las titulaciones de Ciencias Experimentales y de la Salud y en las de Ciencias Sociales y Jurídicas apenas se proponen cambios. Lo más destacable es el endurecimiento de la carrera de maestro, que pasaría a ser de cuatro años y no de tres, y la necesidad de cursar un posgrado para ser profesor de secundaria. Ahora basta con ser licenciado.

La ministra de Educación, María Jesús San Segundo, aseguró en el Senado que el Gobierno presentará el mapa de títulos después del verano. Antes, el ministerio pretende abrir un debate sobre la propuesta realizada por el consejo universitario y debe además consultar con otras instancias, como la Administración Pública, las repercusiones del cambio de los títulos.

Los títulos irán acompañados a partir de este curso de un llamado Suplemento al Título, en el que se especificará, entre otras cuestiones, las materias cursadas y las habilidades adquiridas por los estudiantes con el fin de facilitar su homologación con el resto de la UE. Además, el Gobierno convalidará el título a los licenciados y diplomados en las carreras que se cambien con el equivalente en los nuevos estudios, y, en cualquier caso, los títulos que desaparezcan seguirán teniendo las mismas competencias profesionales y validez que en la actualidad.