Celera hace pública su base de datos del genoma humano
La empresa, creada por Craig Venter, desató la carrera por completar la secuencia
La empresa Celera Genomics, la primera compañía biotecnológica que anunció haber completado el mapa del genoma humano, ha decidido hacer pública su base de datos, permitir el libre acceso y dejar de cobrar una suscripción. Celera quiere cambiar su modelo empresarial y convertirse sólo en una compañía de desarrollo de productos farmacéuticos. Los expertos creen que sus datos, considerados imperfectos, se están quedando además obsoletos frente a los del proyecto público que también logró completar esa secuencia, más tarde pero con mayor fiabilidad.
Hace casi cinco años, en junio de 2000, el entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton presentó el primer borrador de la secuencia completa del genoma humano, en una ceremonia solemne que contaba con otros dos invitados: Craig Venter, presidente de la compañía privada Celera, y Francis S. Collins, responsable del Proyecto Genoma Humano, financiado con fondos públicos. Con más dinero y un sistema distinto, Celera había llegado primero a la meta, aunque su modelo y sus resultados eran cualitativamente inferiores a los del proyecto público.
Celera puso a la venta esa información en forma de suscripciones. Al completar la secuencia del genoma humano, los científicos podían empezar el trabajo de localización de genes concretos para analizar su función en el organismo. En una fase posterior, la manipulación o la alteración de los genes permitirá la creación de nuevos fármacos y técnicas médicas para la curación de enfermedades.
Grandes empresas farmacéuticas, como Pfizer o Takeda, firmaron contratos de hasta 50 millones de dólares por cinco años de acceso a los ordenadores de Celera. Ahora que esos contratos expiran, Celera ha decidido cerrar el negocio de suscripciones y ceder su información al Centro Nacional para la Información de la Biotecnología, que pertenece a los Institutos Nacionales de Salud en los que trabaja Collins. Venter abandonó en 2002 la compañía privada, que nunca consiguió grandes cuentas de resultados, y que ya entonces anunció que se dedicaría sobre todo a la investigación farmacológica.
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