El Gobierno argentino retira el sueldo y el rango al obispo castrense por sus declaraciones
El Gobierno argentino retiró ayer el sueldo y destituyó del rango de subsecretario de Estado al obispo castrense, Antonio Baseotto, autor de unas polémicas declaraciones contra el ministro de Sanidad, Ginés González García, de quien había dicho que había que "atarle una piedra al cuello y tirarle al río" por declararse partidario del aborto.
Las manifestaciones del prelado -efectuadas en enero- levantaron una gran polémica en un país donde cientos de personas fueron arrojadas vivas al mar durante la dictadura militar establecida entre 1976 y 1983. El Ejecutivo de Néstor Kirchner pidió oficialmente al Vaticano que apartase de su cargo a Baseotto, aunque esperaba que Roma tardase en dar una respuesta, entre otros motivos, por la situación generada por los internamientos hospitalarios de Juan Pablo II.
La respuesta, sin embargo, llegó el pasado lunes y fue rotunda: el Vaticano respalda al obispo castrense. La contestación colocaba al Gobierno argentino en una incómoda situación, ya que no sólo había visto atacado a uno de sus integrantes, sino que también era rechazado en una petición realizada al más alto nivel siguiendo instrucciones dictadas por el presidente argentino.
Orden de Kirchner
Ayer, Kirchner se reunió por la mañana en la Casa Rosada con el ministro de Exteriores, Rafael Bielsa; el secretario de Estado para el Culto, Guillermo Olivieri, y el jefe de su Gabinete, Alberto Fernández, y firmó un decreto que despojaba al prelado de sueldo y rango civil. Hasta ayer, Baseotto era subsecretario de Estado y cobraba un sueldo oficial de 5.000 pesos mensuales (unos 1.300 euros).
Poco después, Fernández, Bielsa y Olivieri anunciaban oficialmente que "no hay acuerdo" con la Iglesia católica, aunque el jefe de Gabinete argentino trató de quitar hierro al asunto asegurando que la medida no tiene que ver con las relaciones que mantiene el Estado argentino con la jerarquía católica.
La destitución civil de Baseotto coloca al Estado y a la Iglesia de Argentina en una situación de enfrentamiento sin precedentes, que tiene como fondo la polémica sobre el aborto, prohibido en Argentina, país donde se practican entre 350.000 y 450.000 abortos clandestinos al año. La cancillería argentina no esperaba que el Vaticano confirmase al polémico obispo, y mucho menos que lo hiciera de una manera rotunda. Baseotto había presentado sus disculpas por escrito y en Buenos Aires se daba por hecho que sería apartado de su cargo.
En la polémica con el religioso pesan otras cuestiones de política interna. Baseotto fue nombrado como obispo castrense a propuesta e intensas recomendaciones del anterior presidente argentino, Eduardo Duhalde, rival del actual presidente en el interior del Partido Justicialista.
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