'Mar adentro' hace historia con 14 'goyas'
La película de Alejandro Amenábar se convierte en la más premiada de la Academia española
Alejandro Amenábar logró ayer un resultado histórico en la gala de los Goya. Se lo llevó casi todo, incluidos los premios a la mejor música, al mejor guión original, a la mejor dirección y a la mejor película. Todos los actores candidatos de Mar adentro lograron llevarse el galardón a casa. Javier Bardem obtuvo el cuarto Goya de su carrera. Fue un festín para la película sobre el tetrapléjico gallego Ramón Sampedro. Bardem agradeció a Amenábar por "abrazarle con su cariño y su respeto", y Amenábar agradeció a Bardem "su talento y su humor". Mar adentro eclipsó de manera fulminante a las otras películas candidatas. Pedro Almodóvar, que no asistió a la gala, no recibió ningún de los cuatro premios a los que era candidata La mala educación.
Con los Goya de anoche, Alejandro Amenábar ya tiene repartidos entre su casa y la de sus padres siete goyas. Sólo ayer logró tres. A sus 32 años posee un record difícil de superar. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que asistió a la gala, se fotografió con él y todo el equipo del filme una vez terminada la ceremonia, y aseguró que su presencia pretendía ser un impulso para una industria que no pasa por su mejor momento. "Queremos que los jóvenes vayan al cine español".
Fue una noche dedicada, según dijo Amenábar, a los ausentes. Recordó a su descubridor, el cineasta y productor José Luis Cuerda (cuya mujer acaba de fallecer) cuando recibió el Goya al mejor director. "Es el recuerdo de un hijo a su padre, porque para mí José Luis es como mi segundo padre". Belén Rueda (Goya a la mejor actriz revelación) dedicó su premio a "esos seres queridos perdidos" y se despidió lanzando un beso al cielo.
Con su cuarto Goya en la mano, Javier Bardem agradeció al público y a la Academia por premiar a una "película difícil". El actor aseguró que no se trata del papel más complicado de su carrera, aunque sí uno de los que más dificultad técnica le ha supuesto. Lola Dueñas (Goya a la mejor actriz) recordó a su personaje en la vida real: Ramona. Y Mabel Rivera (Goya a la mejor actriz de reparto) hizo lo propio con la suya: la cuñada Manuela. Rivera aprovechó para reivindicar a los "desconocidos" del cine, "a esos actores que no existen porque nadie les conoce". "Gracias", añadió, "a la Alejandro por confiar en actores sin rostro como nosotros". Luis San Narciso, director de casting de Mar adentro, fue protagonista en la sombra del filme. Todos le mencionaron y todos le agradecieron su labor en el diseño del reparto. "Era dura la competencia con el resto de las actrices", aseguró más tarde Lola Dueñas, "no me hubiera importado que se lo hubiera llevado Pilar Bardem [candidata por María querida], hubiera sido como si me lo llevase yo misma".
La noche para Mar adentro -película producida por Fernando Bovaira para Sogecine- empezó con el Goya al mejor actor revelación para el joven gallego Tomás Novar. Con lágrimas en los ojos, abrazado a su hermano, Novar pasó un mal trago cuando intentó agradecer el premio (a su familia, a sus compañeros de la facultad....) y el micrófono móvil no le dejaba. Tuvo que llegar Belén Rueda para que el micrófono se quedara -ya para el resto de la noche- en su sitio. Rueda pidió a los organizadores que pese al riesgo de aburrir a los telesespectadores no les arruinasen su noche. Amenábar subió por primera vez al escenario para recoger el Goya al mejor guión original. Agradeció a la familia de Ramón Sampedro por lo que le contaron y que no estaba escrito en Cartas desde el infierno, el libro en el que Sampedro relató su horror íntimo. Amenábar recordó al coguionista de la película (Mateo Gil, que no estaba en gala) y "la experiencia única" de volver a escribir con su viejo amigo.
José Luis López Vázquez, con su Goya de honor en la mano, también se refirió a un viejo amigo: "Me hubiera gustado compartir este premio con mi buen amigo y compañero Agustín González que aún no lo tenía". El veterano intérprete dedicó el galardón al público, "siempre magnánimo con actores y actrices".
Piratería
Montserrat Caballé, presentadora de la gala junto a Antonio Resines y Maribel Verdú, resumió mejor que nadie el sentir ante el problema (mencionado varias veces en la noche) de la piratería: "Ver tu trabajo por las esquinas no es ni ético ni agradable".
Mercedes Sampietro, presidenta de la Academia, añadió en su discurso: "queremos pedir a los responsables políticos sensibilidad para abordar estos problemas, imaginación y valentía para defender nuestra cultura. Luchamos al lado de todas las cinematografías europeas por un derecho imprescindible llamado excepción cultural".
Sampietro (con un discurso salpicado de referencias al Quijote y su IV Centenario) comparó a los espectadores con "Dulcinea" y a la recaudación con "Sancho Panza". El cine, dijo, "es el hidalgo caballero".
La noche había arrancado con el Goya a la mejor Dirección Artística a Gil Parrondo por Tiovivo c. 1950. El público todavía se estaba sentando en la sala del Palacio Municipal de Congresos cuando sonaron los primeros compases de la gala. Una caótica alfombra roja había ralentizado hasta la desesperación la llegada de los invitados. La presencia, por primera vez en los Goya, del presidente del Gobierno acentuó las medidas de seguridad en los accesos. Zapatero llegó pasadas las 21.30 acompañado de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y de su mujer, Sonsoles Espinosa (que de negro, moño italiano y unas joyas años 60 se convirtió en una de las más elegantes de la noche).
Poco antes habían coincidido en la entrada Penélope Cruz (impresionante con un Chanel negro de alta costura); la elegantísima Geraldine Chaplin (de verde manzana de Sybilla) y las llamativas Goya Toledo (con un vestido estampado y de aires años 70 de Valentino), Elsa Pataky (de lila de Versace) y Belén Rueda (con un traje de pedrería de Prada). Las pieles, de todo tipo, fueron inevitables en una noche muy fría y el negro fue el color más recurrente.
Fue una noche sin demasiada emoción, demasiado previsible y, eso sí, con algunos momentos para la risa: Bibiana Fernández, a caballo, haciendo de Dulcinea y Florentino Fernández de Sancho Panza; Antonio Gala que resolvió con gracia la ausencia en el escenario de los premiados al mejor guión adaptado, Paco León y su popular imitación de la modelo-presentadora Raquel Revuelta y Montserrat Caballé, que fiel a sí misma, hasta le envió un saludo a su marido, Bernabé.
Babelia
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