Scilingo declara ahora que no participó en los 'vuelos de la muerte'
El ex militar argentino acusado de genocidio cambia de estrategia y asegura que mintió
Adolfo Scilingo, el ex militar argentino acusado de genocidio, terrorismo y torturas, para el que las acusaciones solicitan 6.600 años de prisión tras haber reconocido, en 1997, ante el juez Baltasar Garzón que participó en dos vuelos de la muerte, realizó ayer un espectacular cambio de estrategia. Restablecido de su supuesta dolencia, el procesado, con un verbo fluido y fácil, hilvanó una cortina de humo. Dijo que mintió a todo el mundo y que no hay pruebas contra él.
Scilingo llegó a Madrid en octubre de 1997 y declaró ante el juez instructor del caso, Baltasar Garzón, que él había intervenido, en 1977, durante la dictadura argentina, en dos de los vuelos con los que la Armada argentina se deshacía de los subversivos. Tras ser arrestados, los supuestos montoneros eran llevados a la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), donde eran interrogados y torturados. Después los hacían desaparecer. Para ello, eran arrojados al mar desde aviones en vuelo, drogados pero todavía vivos.
Scilingo admitió que había participado en dos de esos vuelos. En el primero, intervino personalmente en el lanzamiento de 13 personas; en el segundo, arrojó al mar a otras 17.
Ayer, sin embargo, el ex militar dijo que todo había sido un montaje, una gran mentira, un show. "Como no tenía que declarar bajo juramento, dije cualquier cosa, bueno, lo que quise", aseguró.
"¿Ha ido usted mintiendo a los jueces de dos continentes?", le preguntó el abogado de la acusación Carlos Slepoy. "De forma sistemática, yo tenía un plan y lo seguí cumpliendo. (...) Yo quería que se armara el gran lío", afirmó el acusado. Ese plan, según declaró ayer en el juicio, pretendía que se investigasen los delitos cometidos por la Armada y su finalidad última era atacar al máximo responsable de la Armada en la primera junta militar, Emilio Massera.
La pirueta de Scilingo se evidenció en el interrogatorio que le realizó el letrado Slepoy.
Slepoy. Respecto del primer vuelo, usted dijo: "Iban dos adolescentes cuyas imágenes se me quedaron grabadas".
Scilingo. ¿Qué vuelo? Perdone que me ría...
Slepoy. ¿De qué se ríe? Usted debería llorar.
Scilingo. ¿De qué tengo que llorar? ¿Qué día fue el vuelo?
Slepoy. Eso lo sabrá usted. ¿No dijo que eran vuelos clandestinos?
Scilingo. Dicen que los vuelos fueron en la primera quincena de junio. Cuando lleguen las pruebas verá que es imposible que yo hiciera vuelos en la primera quincena de junio.
Scilingo sostuvo que había mentido deliberadamente sobre las fechas en que se realizaron los vuelos (junio y agosto de 1977), porque así podría demostrar que él no estuvo en ellos. En junio, según asegura ahora, estaba ingresado en el Hospital Naval de Buenos Aires, aquejado de una enfermedad vírica. En agosto, según relató ayer, disfrutaba de sus vacaciones anuales en Bahía Blanca.
Incriminación a sus acusadores
En la nueva estrategia, Scilingo esparció datos incriminatorios para los que le acusan y así dijo que varias acusaciones se pusieron de acuerdo con él para inventar lo que tenía que declarar ante el juez Garzón.
Los macrojuicios que se celebran en la Audiencia Nacional ocasionaron ayer el primer problema. La vista del caso Scilingo tuvo que ser suspendida hasta la tarde, ya que no se había previsto que la única sala de vistas de la Audiencia con capacidad para albergar a tanta gente estaba destinada a la continuación del juicio por el caso Oubiña, en el que se juzga a 17 procesados. Esta vista se inició el pasado 30 de noviembre y no está previsto que concluya antes de abril.
Ocho letrados de las acusaciones particulares y populares presentaron un escrito de protesta ante el tribunal por "la manifiesta inidoneidad de la sala de vistas que había sido dispuesta" para la continuación del juicio.
Señalaron que se trata de una "sala pequeña, claramente insuficiente en su estructura y mobiliario" y criticaron la situación de la Audiencia Nacional "cercana a su total colapso en estos últimos meses, que amenaza con agravarse aún más con la próxima celebración de varios macrojuicios".
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