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El juez Guzmán procesa a Pinochet y ordena su arresto domiciliario por asesinato y secuestro

El magistrado considera que el ex dictador está en condiciones mentales para ser juzgado

El juez chileno Juan Guzmán procesó ayer al ex dictador Augusto Pinochet y ordenó su detención domiciliaria como autor del secuestro de nueve personas, cuyo paradero se desconoce hasta hoy, y por el homicidio de otra, cometidos por la Operación Cóndor, la coordinación de los aparatos represivos de las dictaduras militares suramericanas en los años setenta y ochenta. Guzmán consideró a Pinochet, de 89 años, en condiciones mentales para enfrentarse a un juicio y ordenó determinar qué bienes suyos pueden ser embargados para cubrir las costas del proceso judicial.

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Con su histórico dictamen, el magistrado coloca por segunda vez en el banquillo de los acusados al ex dictador, que en el cenit de su poder llegó a afirmar que en Chile no se movía una hoja sin que él lo supiera. Guzmán explicó que la resolución "fue bastante fácil", después de estudiar todas las declaraciones, elementos de juicio y percepciones suyas del proceso, pero que lo complejo fue el análisis.

Familiares de las víctimas y abogados de derechos humanos reaccionaron con alegría. "La justicia tarda, y a veces mucho, pero llega", afirmó el abogado querellante Eduardo Contreras, mientras la dirigente de la Agrupación de Familiares Detenidos Desaparecidos, Viviana Díaz, recalcó que si hay voluntad de investigar, aunque hayan pasado 30 años, "es posible procesar a todos los inculpados por crímenes de lesa humanidad".

Entretanto, la defensa de Pinochet anunció que interpondrá ante la Corte de Apelaciones un recurso de amparo a favor de Pinochet, por considerar un "abuso contra los derechos humanos" procesar a alguien que no tiene posibilidad de defenderse por motivos de salud.

Guzmán fundamentó en 70 páginas el procesamiento, dedicando el 75% del total a examinar si Pinochet se encuentra en condiciones mentales de enfrentar un juicio. Cuando Guzmán procesó en 2001 al ex dictador por los 75 crímenes de la Caravana de la Muerte, las cortes de Apelaciones y Suprema lo dejaron sin efecto por demencia senil. Por eso ahora hincó el diente a fondo en el tema de la condición mental del dictador.

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Después de analizar los resultados de los exámenes practicados al general y las interpretaciones de los médicos, indica que en las declaraciones de Pinochet a él y a otro juez, por las cuentas secretas en EE UU, y en la entrevista que dio el año pasado a un canal de televisión en Miami, se advierten varios rasgos que siempre lo han caracterizado: su "simplicidad", pues nunca ha sido "un orador ni ha dado razones filosóficas o sofisticadas"; su "coherencia", en especial cuando señala que "los excesos no obedecían a actuaciones personales suyas"; su "conocida habilidad" para eludir responsabilidades ante cualquier cargo y sostener que sus "subalternos o mandos medios" perpetraron los ilícitos; su "lógica", y su apelación a metáforas al describir a Castro como un "oso con piel de oveja".

De los interrogatorios, de la entrevista y de su apreciación personal, Guzmán concluye que Pinochet "presenta un estado físico bastante deteriorado que se traduce en su dificultad para caminar, su sordera, su lentitud, sus ahogos, la hinchazón de su cara y en la mayor dificultad que presenta para expresarse". Sin embargo, prosigue el dictamen, "en lo mental se puede inferir (...) que está claramente vinculado con la realidad, tiene coherencia y continuidad en sus ideas, se ubica en el tiempo y en el espacio, utiliza la lógica en la elaboración de sus ideas y responde en forma directa y simple".

Además, el juez aprecia que Pinochet "discierne claramente entre lo importante y lo fútil, entre lo bueno y lo malo, y, por último, entre lo que lo incrimina y no incrimina". Recuerda que si bien en el Reino Unido la justicia consideró que Pinochet no estaba en condiciones de enfrentar un juicio, aquel proceso era oral, a diferencia del que se sigue en Chile, donde el ex general no debe necesariamente presentarse a todas las diligencias. Concluye Guzmán que Pinochet está en condiciones mentales aptas para enfrentar un juicio criminal.

El juez Juan Guzmán comunica a los medios de comunicación en Santiago los cargos contra el ex dictador Augusto Pinochet.
El juez Juan Guzmán comunica a los medios de comunicación en Santiago los cargos contra el ex dictador Augusto Pinochet.REUTERS

Pruebas sobre 10 crímenes

El juez Juan Guzmán, para procesar a Pinochet, se quedó con 10 de los crímenes, donde hay mayores pruebas de culpabilidad, de la Operación Cóndor. Son los secuestros de nueve opositores a la dictadura, detenidos en Argentina, Bolivia y Paraguay por los aparatos represivos de estos países a mediados de los 70, y trasladados después hasta Chile, donde desaparecieron en los cuarteles secretos de la Dirección de Inteligencia Nacional. Uno de ellos fue el dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Edgardo Enríquez. Incluyó también el homicidio de una persona cuyo cuerpo se encontró flotando en el río Mapocho, que atraviesa el centro de Santiago.

El procesamiento deja al ex dictador frente al escenario judicial más complejo que ha tenido. Para escapar del banquillo sólo puede apelar a su salud. Su defensa ha recurrido ante la Corte Suprema del reciente fallo de la Corte de Apelaciones, que a petición de otro juez le quitó su inmunidad como ex presidente para ser procesado por los crímenes del ex jefe del Ejército Carlos Prats y su esposa. Un tercer juez lo investiga por sus millonarias cuentas secretas en EE UU.

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