Un sistema que hace agua
Cinco personas ligadas a la realidad escolar debaten las carencias de la educación en España, los cambios que han de abordarse y las necesidades más urgentes
El último Informe PISA ha dado un revolcón al sistema educativo español. Algo está fallando para que los alumnos suspendan en matemáticas, en lectura y en conocimientos científicos, las materias de las que se les evaluó en 2003 y cuyos resultados se hicieron públicos el martes pasado. España se sitúa por debajo de la media de los países desarrollados ¿Qué está pasando? ¿Qué se puede hacer?
EL PAÍS ha organizado un debate con cinco miembro del mundo educativo: una profesora y directora de un instituto de Móstoles (Madrid), Rosa María Cano; dos representantes de sendas asociaciones de padres de alumnos: Ginés Martínez, vicepresidente de la Confederación laica Ceapa, y Luis Carbonel, presidente de la católica Concapa; el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Juanjo López, y el secretario general de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza, Manuel de Castro.
"El profesor puede saber muchas matemáticas, pero si al enseñarlas no conecta con el alumno de nada sirve"
"Si uno ve que su hermano estudia y no tiene trabajo se pregunta para qué repetir eso mismo"
"Faltan medios económicos. Tenemos infraestructuras deficientes y un sistema educativo obsoleto"
"Muchos padres no podemos reunirnos con el tutor porque trabajamos en horario de tarde"
"La desmotivación se combate con una enseñanza personalizada y potenciando las tutorías"
"Es importante la autonomía de profesores y de centros y evitar la burocracia excesiva"
"Necesitamos mayor inversión en formación del profesorado para que pueda reciclarse"
"Se debe estimular al niño a que lea y no dejarle inmerso en los medios audiovisuales"
Lejos de las polémicas políticas, el consenso es alto en diversas cuestiones: hay que emplearse a fondo en la formación del profesorado, aliviar la rigidez de los centros escolares, repartir de forma equilibrada a los alumnos con dificultades en el estudio y organizar una enseñanza individualizada que responda a los objetivos que previamente se haya marcado la sociedad sobre la formación de sus estudiantes.
MALOS RESULTADOS Retraso histórico y falta de objetivos
Rosa María Cano. No estoy de acuerdo con que los resultados sean demasiado malos, pues están adaptados a lo que se invierte en nuestro sistema educativo. El fallo es que no ha habido un debate en la sociedad sobre qué es lo que queremos enseñar a los alumnos. Deberíamos analizar qué es lo que consideramos que un ciudadano que termina sus estudios obligatorios debe saber y qué destrezas ha de tener.
Manuel de Castro. Estos resultados negativos vienen motivados por el esfuerzo, loable, de extender la escolaridad hasta los 16 años, cuando se sabe que hay un grupo de alumnos que no quiere seguir estudiando, y por el hecho de intentar que todos alcancen los mismos objetivos. Pero la extensión de esta escolarización no se ha acompañado de exigencia y motivación. Y lo que debemos es encontrar un equilibrio entre estas dos cuestiones.
Luis Carbonel. La causa es la LOGSE [Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo], dado que permite a los alumnos pasar de curso hayan obtenido o no el nivel correspondiente. Estamos en una situación muy deficiente. Nuestros hijos tendrán que acceder algún día al mercado de trabajo y tendrán que competir con daneses, finlandeses, griegos... Por eso la formación es importantísima. Debemos exigirnos todos: profesores, alumnos y familias.
Ginés Martínez. Tenemos un sistema educativo obsoleto y unas infraestructuras bastante deficientes. Faltan medios económicos para la formación del profesorado, que no se ha actualizado, y para servicios a la población escolar. El programa escolar también está desfasado y sobrecargado. Las leyes educativas se han ido aplicando sólo de manera experimental y el profesorado no ha llegado a asumir ninguna.
Juanjo López. La situación del sistema educativo español arrastra un atraso desde hace años. En la dictadura se invertía seis veces más en los países europeos que en España. Y en la democracia tampoco se invirtió lo suficiente.
MEDIDAS URGENTES Mayor inversión y prevención desde infantil
R. M. C. Hay que asegurar un sistema educativo equitativo. Y para eso propondría estas medidas: mayor inversión en formación del profesorado, para que se recicle y pueda enfrentarse a nuevas realidades; menos alumnos por clase; un reparto equilibrado de los estudiantes con dificultades de aprendizaje, y una revisión del programa escolar.
L. C. Los alumnos no pueden repartirse como si fueran un producto. Todos los padres, autóctonos o inmigrantes, tenemos derecho a elegir dónde queremos que estudien nuestros hijos. Por eso no admito lo del reparto del alumnado. Y si no se implica a las familias, no haremos nada.
M. D. C. Lo primero que hay que hacer es estabilizar el sistema educativo. Y, actualmente, no está habiendo un debate para acometer la nueva reforma, sólo se está dando una acumulación de información y opiniones, pero no un acercamiento entre las partes para llegar a una ley en la que todos nos sintamos cómodos.
G. M. El fracaso escolar hay que empezar a prevenirlo desde la etapa infantil. El tiempo escolar debe adaptarse a los ritmos de cada estudiante y se debe de insistir en nuevas formas de aprender. Es importante también formar a los profesores para que puedan aplicar estas medidas.
J. L. El fracaso escolar es un problema social. No es casualidad que se triplique en las zonas del sur de Madrid. Hay que ofrecer equipamiento social en los barrios y recortes en la jornada laboral sin reducción de salario para fomentar la participación de las familias. También se necesita una inversión de choque extraordinaria y profesionales sociales que trabajen en los centros.
MATEMÁTICAS Formación didáctica del profesorado
J. L. El problema de esta asignatura es que siempre se le ha dado un tratamiento muy abstracto. Se debe desmitificar su dureza.
G. M. El profesorado puede saber muchas matemáticas pero, si al enseñarlas no es capaz de conectar con el alumno, de nada sirve. Por otra parte, se presentan muy descontextualizadas de su aplicación en la vida real.
L. C. Hace falta formación didáctica del profesorado, medios tecnológicos y un seguimiento precoz de los que fallan.
M. D. C. Sí, y los problemas de fracaso escolar en esta materia hay que detectarlos y resolverlos en primaria.
R. M. C. Hay que impedir la desmotivación del alumnado, que en matemáticas es muy precoz. Además, falta trabajo interdisciplinar en los centros, porque un sistema tan rígido como éste impide el trabajo coordinado de los profesores. Hacen falta horas dentro de la jornada lectiva para que los docentes podamos coordinarnos. El trabajo interdisciplinar permite incidir sobre las mismas destrezas desde distintas áreas.
LECTURA Responsabilidad de padres y profesores
R. M. C. Creo que debe haber horas obligatorias de lectura. Y saber qué hacer en ellas y de nuevo, trabajo interdisciplinar; que haya un proyecto que dé a la lectura entidad propia y que se le ataque desde todas las áreas.
L. C. En esto todos somos un poco culpables. También la familia tiene la responsabilidad de enseñar con su ejemplo. Se debe estimular al niño a que lea y no dejarle inmerso en los medios audiovisuales.
G. M. No hay buenas bibliotecas escolares, y donde existen no suele haber un plan de lectura específico; se enseña a leer pero no a comprender lo que se lee.
J. L. En EGB me obligaron a memorizar muchos poemas de Rosalía de Castro y perdí el interés por la poesía. Y más adelante nos pusieron a leer la segunda parte del Quijote porque la primera la leía otro grupo, para que no nos copiáramos. Hay que seleccionar la edad y las lecturas.
LAS FAMILIAS Adaptar los horarios laborales de los padres
L. C. Hay que adaptar el horario de trabajo de los padres en la medida de lo posible. Muchos no nos podemos reunir con el tutor porque tenemos horario de tarde y nos citan a las seis o a las siete.
G. M. La Administración no ha articulado las medidas ni los medios necesarios para potenciar la participación de los padres y no se puede educar solamente desde la escuela o desde la familia, tiene que haber una simbiosis.
J. L. La primera razón para participar es que sea útil participar. Debe haber paridad en el consejo escolar y que éste sea, de verdad, un órgano de gobierno.
MOTIVAR A LOS ALUMNOS Conseguir pequeños éxitos poco a poco
R. M. C. La desmotivación se la achacamos al alumno y a sus padres y a lo mejor no procede de ahí. Se combate con una enseñanza personalizada y potenciando las tutorías, que ni están pagadas ni impulsadas. Los profesores que comparten el mismo grupo de alumnos sólo se reúnen tres veces al año, en las evaluaciones; también deberían verse con los padres. Es necesario el trabajo de mediadores sociales que actúen entre el centro y las familias. Debe haber un currículo flexible adaptado a las posibilidades del alumno. Y atender al estudiante fuera del horario lectivo.
M. D. C. Quiero añadir que el alumno debe saber que las cosas valen no sólo porque sean útiles; y otra clave para motivarles es que el alumno vaya comprobando que consigue pequeños éxitos.
G. M. Abundaría en el contacto entre profesor y alumno. El profesor no debe ver la clase como una masa amorfa de estudiantes. Debe haber vínculos incluso afectivos y, por supuesto, conocer la realidad del alumno fuera de la clase. La tarea de los centros para combatir la desmotivación es eliminar las desigualdades con las que llegan los chicos. Se necesita que el alumno sepa qué está aprendiendo y por qué lo aprende.
J. L. Influye mucho en la motivación el mercado laboral: si uno ve que su hermano ha estudiado y no tiene trabajo se pregunta para qué repetir eso mismo. El estudiante ha de tener además cauces para dar expresión a sus inquietudes, deporte, teatro, escritura...
DIVERSIDAD DE ALUMNOS Reparto equilibrado de medios y estudiantes
J. L. Hay que tratarla con medidas sociales. Requiere un gran esfuerzo inversor; los chicos que no conocen el idioma deben poder aprenderlo, hay que integrarlos entre sus compañeros, y formar en clase un grupo heterogéneo que permita a unos y otros ayudarse mutuamente. Una educación individualizada, con trabajadores sociales y más profesores. Todo se debe hacer en grupos reducidos.
G. M. La avalancha de la inmigración ha pillado desprevenido al sistema. Muchos centros están desbordados, con más de un 60% de alumnado extranjero. Y no hay medios para ello. Y eso requiere buena formación del profesorado en cultura e idiomas extranjeros, que las aulas se dividan para funcionar más desahogadas, que haya especialistas en las culturas y mucho profesor de apoyo.
L. C. Las asociaciones de padres de alumnos pueden jugar un buen papel de acercamiento a esas familias extranjeras para motivarlas a participar en el colegio. Pero yo también exigiría que se respete nuestro ordenamiento jurídico, nuestras reglas de juego, las que marca la Constitución.
M. D. C. La diversidad es un concepto que engloba muchas realidades: por un lado tenemos aquellos chicos que optan por estudios prácticos en lugar de teóricos; por otro lado, la inmigración no es el problema, sí lo es el idioma; también hay alumnos con dificultades para el estudio. Hay que buscar una fórmula que contenga unas enseñanzas con un tronco común pero que permita caminar por distintas vías, con la flexibilidad necesaria para volver después sobre los pasos si se quiere.
R. M. C. La diversidad requiere una atención personalizada, equitativa y no segregadora, esto es irrenunciable. Debe ser una escuela flexible que atienda a todos, incluido a los del nivel de excelencia, con recursos adaptados a cada necesidad. Y un aprendizaje en el que colaboren todos, que no sea sólo el profesor el que transmita enseñanzas.
J. L. Uno no puede solucionar los problemas de la escuela pensando que ésta es una burbuja aislada. Está dentro de la sociedad y todo se reproduce en el centro.
R. M. C. Y es fundamental que haya un reparto equilibrado de alumnos con necesidades educativas especiales, tanto entre la escuela pública y concertada como entre centros de la misma red.
L. C. Pero también que se den medios equilibrados en función de la carga de cada colegio.
M. D. C. Y hay que preguntarse qué educación les estamos dando para que se integren en la sociedad.
R. M. C. Lo que hay que hacer es dignificar esos centros, dotarlos de recursos, que sean atractivos también para toda la población.
M. D. C. Estoy de acuerdo en que los centros con más alumnos necesitados tengan más medios. Pero entiendo que los padres actúen así. Si veo que un centro está falto de medios y que los alumnos no estudian, no llevo a mi hijo. Hay que dignificar estos centros, sí.
PROFESORES Reciclaje y mejora de sus condiciones en el aula
M. D. C. Los problemas del profesorado no se resuelven sólo con medios económicos, tienen que sentirse bien en el centro, ver que lo que hacen es útil.
R. M. C. Los incentivos a los profesores deben ir asociados a las responsabilidades y a los proyectos sin que por ello deban abandonar su puesto de trabajo para pasar a ocupar otro, como el de dirección o inspección. Y hay que elevar su autoestima favoreciendo su formación inicial y continua y mejorando sus condiciones en el aula. Porque si mejoran sus resultados con los alumnos mejora su autoestima.
J. L. Es importante acabar con la interinidad y la movilidad a que está sujeto gran parte del profesorado. Hay que ir hacia plantillas estables.
L. C. Hay que pagar más a los profesores. No se puede arruinar la inquietud de quien quiere mejorar y superarse. Deben tener tiempo para el estudio y la formación. También es importante que puedan contar con un año sabático para el reciclaje y la formación. Para elevar la consideración social de los maestros deberían transmitir a los padres la tarea que realizan, podrían participar en las reuniones de los padres.
M. D. C. Es importante la autonomía del profesor y del centro y evitar la burocracia excesiva.
Los alumnos españoles, en el pelotón de cola
El Informe Pisa 2003 ha caído como un jarro de agua fría en la comunidad educativa tras conocerse que los alumnos de secundaria obligatoria (15 años) están por debajo de la media de los países desarrollados en comprensión de escritura, cultura matemática y científica. Su nivel está entre los peores y la mala situación va cada vez a más. Los niveles de excelencia son también muy exiguos.
Hace tres años, el 20% de los estudiantes era incapaz de superar ejercicios básicos de matemáticas. Esta vez, son el 23%, según los resultados del segundo gran informe trienal de la OCDE (organización que intega a los 30 países más desarrollados). De este 23%, el 14,9% está en el nivel 1 de conocimientos (de los seis que hay) y el 8,1% incluso por debajo, en el más básico.
Sólo el 1% alcanza la excelencia en esta materia. La media de los países desarrollados es del 4%.
Las matemáticas generan poco entusiasmo entre los adolescentes (sólo el 38% dice disfrutar con ellas). A los alumnos españoles les genera mucha ansiedad, lo que se traducen en peores resultados.
No son mejores las calificaciones en lectura y comprensión de textos escritos y también en este apartado los españoles empeoran. El 21% no alcanza el nivel básico. El nivel de excelencia lo supera el 5% (la media de la OCDE se sitúa en el 8,3%). En líneas generales, los chicos son mejores en matemáticas y ellas en comprensión lectora.
En cuanto al gasto por alumno, también España se sitúa por debajo de la media de la OCDE. Está entre los 10 que menos invierten.
Pero ofrece, en contrapartida, igualdad de oportunidades, lo que da al sistema mayor equidad. Los resultados no dependen mucho de la extracción socioeconómica de los alumnos y las diferencias entre los mejores y los peores no es muy elevada.
De los 40 países estudiados, los españoles ocupan el 12º lugar en cuanto a una actitud positiva hacia su centro.
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