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LA ENFERMEDAD DE ARAFAT

Arafat agoniza en París

Francia cuenta con el compromiso israelí de permitir el regreso del líder palestino a los territorios ocupados

El presidente palestino, Yasir Arafat, se encontraba anoche en coma profundo en el hospital militar Percy, a las afueras de París. Todas las fuentes oficiosas coinciden en que la vida de Arafat se extingue y no quedan esperanzas de recuperación médica. Un portavoz oficial francés desmintió que se hubiera declarado el fallecimiento, tras una jornada cargada de rumores contradictorios, a todas luces provocados por el intento político de ganar tiempo para preparar las consecuencias del desenlace. Decenas de personas se han concentrado esta madrugada ante el hospital, con banderas palestinas y retratos de Arafat, en un ambiente de duelo.La jornada terminó con la seguridad de estar asistiendo al fin de Arafat, tras unas horas vividas en plena confusión.

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Por la mañana, algunos colaboradores del líder palestino precisaron que éste había perdido la consciencia tres veces en la noche precedente, y que no se había recuperado de la tercera, pero otros lo negaron después. El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, anunció en Bruselas la muerte de Arafat e incluso precisó la hora (5.30 de la tarde), mientras la segunda cadena de la televisión israelí y otros medios de este país dieron por cierta la muerte de Arafat.

Ante la barahúnda de noticias contradictorias, el Gobierno francés decidió intervenir. Jacques Chirac acudió a la cabecera del enfermo y permaneció media hora con él, con el equipo médico y con Suha, la esposa de Arafat. Poco después, una persona del entorno del presidente francés aseguró que éste había visto a Arafat "vivo" y agregó que el jefe del Estado había expresado al enfermo "sus deseos de restablecimiento", sin precisar si Arafat estaba consciente en ese momento.

Más tarde llegó el mentís del portavoz militar: "El presidente Arafat no ha fallecido", aseguró el general Christian Estripeau, del Servicio de Salud de los Ejércitos. "Continúa hospitalizado en el hospital Percy", añadió el militar, dando lectura a un comunicado: "La situación clínica del señor Arafat se ha hecho más compleja. El estado de salud del paciente demanda tratamientos apropiados que precisaron su traslado, el miércoles 3 de noviembre, por la tarde, a un servicio adaptado a su patología".

No hubo indicación alguna sobre cuál sea esta patología, ni sobre las posibilidades de recuperación. En realidad, las autoridades francesas no habían dicho una sola palabra sobre el estado del líder palestino hasta ayer: todas las noticias anteriores procedían de fuentes palestinas. El general Estripeau tampoco aceptó preguntas de la legión de periodistas arracimada ante el acceso al sanatorio militar Percy, situado en Clamart, a las afueras de la capital francesa, donde Arafat fue ingresado hace una semana.

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Comunicado militar

El comunicado militar aclaraba que la nota sobre Arafat había sido redactada "en el respeto de la discreción exigida por su esposa", un indicio más de los condicionamientos que rodean este caso. El mentís provocó la retirada de los comentarios realizados por el primer ministro luxemburgués.

Sin embargo, las noticias alarmantes siguieron extendiéndose: fuentes médicas no identificadas informaron a la cadena de televisión LCI (propiedad del grupo TF1, de orientación conservadora) que Arafat estaba conectado a un sistema de respiración artificial y que se había obtenido un encefalograma "de extrema gravedad".

Una versión oficial sobre la situación del enfermo fue enviada anoche a otras cancillerías, como informó la propia Administración norteamericana. Sin confirmar ni desmentir la existencia de negociaciones diplomáticas con Israel y con la Autoridad Nacional Palestina, un colaborador del ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, dijo a este periódico: "En lo que se refiere a los israelíes, seguimos considerando como válido su compromiso oficial de dejarle entrar [a Arafat] en los territorios palestinos".

"No sólo se trata del problema de la sucesión de Arafat", explicó Antoine Sfeir, director de Cahiers de l´Orient. A su juicio, "hay que tomar medidas importantes de seguridad, porque puede reunirse un gran número de personas cuando se confirme la noticia del fallecimiento", indicó este especialista en los países árabes, intentando explicar la actitud del Gobierno francés como un manejo cuidadoso de un asunto sumamente sensible.

En definitiva: una serie de necesidades políticas pueden constituir la razón última del combate que Arafat se ha visto obligado a librar contra su propia muerte. Todos los Gobiernos franceses, desde hace una treintena de años, han considerado a Arafat como el representante legítimo de los palestinos y el propio Chirac supervisó los preparativos para su traslado a Francia en un grave estado de salud. Sólo desde esa perspectiva puede entenderse la actitud oficial de Francia en torno a la muerte, anunciada y desmentida, de Arafat que puede tener una incidencia clave en uno de los conflictos más prolongados de la historia contemporánea.

Círculos políticos están seguros de que el tiempo médico de Arafat se ha terminado. Los medios informativos franceses trabajan con la hipótesis del fin del líder histórico de la causa palestina. Unos y otros están convencidos de que ayer fue la primera jornada del tiempo político, mientras Arafat caía en la muerte cerebral. Un miembro de la Asociación de Palestinos de Francia resumió el estado de desánimo que embarga al grupo concentrado en el hospital, ante "el abandono" en que la comunidad internacional ha tenido a Arafat, "premio Nobel de la Paz y único presidente elegido del mundo árabe".

Decenas de periodistas se concentraron ayer en el exterior del hospital militar de Percy, en las afueras de París.
Decenas de periodistas se concentraron ayer en el exterior del hospital militar de Percy, en las afueras de París.REUTERS

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