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LA ENFERMEDAD DE ARAFAT

Un lugar en Jerusalén

El último gran entierro en la Explanada de las Mezquitas, o Monte del Templo, se produjo en mayo de 2001. Miles de personas acompañaron el cuerpo de Faisal el Huseini, un estrecho colaborador de Arafat perteneciente a una familia en cuyo árbol genealógico figuran legendarios guerreros e importantes autoridades religiosas como el muftí de Jerusalén, Amin el Huseini, el líder de la Gran Revuelta de 1936. Otros grandes hombres están enterrados en el mismo lugar, como el abuelo de Abdalá, actual rey de Jordania. Ahora los palestinos quieren dar el mismo destino a Yasir Arafat para que su cuerpo descanse en el lugar donde la historia tiene más peso para un musulmán palestino, donde más se evidencia el enfrentamiento entre judíos y musulmanes y alrededor del cual se sigue escribiendo una historia de violencia y de sangre.

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En el centro de Jerusalén, cubierto por estructuras edificadas por el hombre durante siglos se encuentra el Monte Moria, donde para judíos, cristianos y musulmanes Abraham estuvo a punto de sacrificar a su único hijo legítimo, Isaac, por orden de Jehová. Sobre el mismo monte, que dominaba la antigua ciudad de Jerusalén, Salomón edificó el primer templo, destruido en alrededor del 600 antes de Cristo por los asirios. El templo fue reconstruido y en el 70 las legiones romanas lo volvieron a destruir. De esta última construcción, el llamado Templo de Herodes, queda sólo el Muro Occidental, conocido como Muro de las Lamentaciones y donde los judíos se congregan para orar. Sobre el Muro se alza la Explanada de las Mezquitas con dos templos musulmanes; la Mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca, bajo la cual se halla la piedra desde la que los musulmanes afirman que Mahoma ascendió a los cielos. Judíos y musulmanes reivindican el control del lugar por el que ha habido sangrientos enfrentamientos. En 1996 el Gobierno israelí reabrió un antiguo túnel -de los Hasmoneos- bajo el lado occidental de la Explanada, lo que provocó la ira de los palestinos porque temían que las obras dañaran los cimientos de las mezquitas. Hubo 80 muertos, 69 palestinos y 11 israelíes.

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