La casa 'collage'
La convivencia ecléctica se ha instalado en el hogar. A la diversidad estilística se suma la variedad en la procedencia geográfica y cronológica de los productos decorativos.
La ambición de toda empresa productora de muebles es contar en su catálogo con algún clásico (histórico o moderno). Hay empresas con solera, como la austriaca Thonet, que en más de un siglo de vida no han dejado de fabricar alguno de sus productos. Otras, como la danesa Fritz Hansen, llevan ya medio siglo vendiendo la silla apilable más famosa del mundo. Producir tantos años un mismo modelo es un privilegio de la industria del mueble que no comparte ninguna otra industria. Por eso la ambición de tener un clásico en el catálogo llega hasta las firmas más recientes, que hacen convivir sus nuevas propuestas con diseños recuperados. En España, BD reeditó mobiliario auxiliar del racionalismo italiano y objetos delirantes con la firma de Dalí. Santa & Cole redescubrió las lámparas de Moragas que habían dejado de producirse, y Mobles 114 reeditó la butaca Torres Clavé, una pieza de los años treinta relanzada como mejor apuesta de futuro.
A la convivencia tradicional de estilos diversos, que se da en la mayoría de las casas, la empresa alemana Vitra suma ahora la idea del collage doméstico. Como "una casa como un viaje a través de las culturas y las épocas" ha descrito esta propuesta Rolf Fehlbaum, su director. El collage transmite sensación de improvisación y crea atmósferas desenfadadas, lugares personalizados.
¿Cómo se construye ese escenario? Vitra propone combinar 70 años de diseño. A la actualización de algunos de sus clásicos suma una sugerente descontextualización del mobiliario. Serán pequeños gestos en el diseño -tapicerías nuevas o respaldos más bajos- los que servirán para sacar algunos productos de su contexto habitual.
El nuevo catálogo Vitra en casa (Vitra at Home) invita a reimaginar la vivienda llevando hasta el comedor una mesa de oficina realizada con materiales cálidos, forrando de pan de oro una mesilla de los años cincuenta o tejiendo tabiques móviles y translúcidos para separar los ambientes sin encerrarlos en habitaciones.
Esta nueva colección, que barajará nuevos productos de Jasper Morrison y los hermanos Bouroullec con clásicos retapizados o actualizados, tiene algo de regreso a los orígenes, cuando en las casas medievales convivían trabajo, comercio y vida doméstica. Por eso encierra una propuesta: la casa del futuro puede estar en el pasado.
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