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PLENO DE LAS ACADEMIAS DE LA LENGUA EN SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

La definitiva unidad del español

Las 22 academias de la Lengua concluyen el 'Diccionario panhispánico de dudas' con 7.000 entradas

Jesús Ruiz Mantilla

Las 22 academias del español, con la primera versión cerrada del texto, abren el Diccionario panhispánico de dudas a todos los que utilizan la herramienta del lenguaje de una manera que será fluida y constante. Por el momento, está disponible en Internet (www.rae.es), pero será editado en el mes de mayo para que pueda encontrarse en las librerías en la próxima Feria del Libro de Madrid.

Alimentar a este nuevo e imprescindible ser vivo de la lengua es algo crucial y uno de los empeños fundamentales del actual presidente de la Asociación de academias de la Lengua Española y director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha. "La necesidad de crear este diccionario surgió por las consultas constantes que se hacían a diario en la Real Academia Española (RAE)", aseguraba ayer García de la Concha, que presentó ante los medios de comunicación antes de la llegada de los príncipes de Asturias, la nueva y ambiciosa criatura lingüística acompañado de Pedro Sanz, presidente de La Rioja; Humberto López Morales, secretario de la Asociación de las Academias de la Lengua Española, y los responsables de las instituciones en México, Moreno de Alba, y Argentina, Pedro Luis Barcia.

García de la Concha: "Se realizaban unas 300 preguntas diarias. Y la RAE viene a resolver 50.000 al año, así que surgió la idea de publicarlas"
López Morales: "Queremos mantener la diversidad lingüística, respetarla y aplaudirla. Tenemos una suerte enorme por hablar español"
Barcia: "Los anglicismos no son muchos, pero es que están por todas partes. Hay que combatir aquellos que se imponen por esnobismo"
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Las dudas, las consultas, resultaron ser prácticamente idénticas en todas las academias. "Se realizaban unas 300 preguntas diarias. Y la RAE viene a resolver 50.000 al año, así que surgió la idea de publicarlas", aseguró García de la Concha. A partir de ahí se puso todo en marcha para la elaboración. Pero esta vez, la RAE, "la hermana mayor", como la llamaban ayer los académicos de México y Argentina, no iba a ejercer el papel cerrado e intransigente de otras ocasiones, sino que iba a cambiar su rumbo: "Por primera vez, las respuestas que se ofrece a las dudas de todo tipo, de léxico, ortográficas, sintácticas y demás han sido consensuadas línea a línea por todas las academias", asegura el director de la RAE.

"Esto responde a una nueva política lingüística de la RAE que a mí me gusta denominar política panhispánica", decía el director de la institución. El nuevo talante es producto de la voluntad, pero también de la aplastante mayoría numérica de los hispanohablantes en América y de su peso definitivo en la expansión del español por todo el mundo, algo que se ha disparado en las últimas dos décadas, en las que 400 millones de personas tienen el español como lengua materna y ésta se ha convertido de hecho en el segundo idioma internacional.

Ante ese panorama, la solución es anticiparse a los problemas y trazar caminos que traten de homogeneizar el español que se habla en el mundo. "La lucha por la unidad ha sido malinterpretada muchas veces", asegura López Morales, que ha cargado con un trabajo de coordinación fundamental para la elaboración del nuevo diccionario. "Queremos mantener la diversidad lingüística, respetarla y aplaudirla. Tenemos una suerte enorme por hablar español, y más cuando es una lengua relativamente homogénea, con tan sólo un 20% de variantes y discrepancia entre el habla de un sitio y otro. Eso es una garantía de éxito para nuestra expansión, que un señor de Chile pueda entenderse con uno de Logroño sin modificar su forma de expresarse es crucial. Queremos que esa ventaja se mantenga y se aumente".

Para eso es necesario que el mundo hispánico camine al unísono. Como una gran orquesta a la que corresponde afinar a las academias. Así que es necesario luchar para que haya acuerdo máximo en los neologismos. "Cuando se produzca una nueva entrada debemos batallar para que la novedad se imponga de manera global", explica López Morales.

Consenso y homogeneidad, pues, han sido las constantes, las líneas maestras de identidad de este trabajo que es un hermano práctico y vivo del Diccionario de la RAE. No todas las novedades serán incluidas finalmente en las nuevas ediciones del compendio clásico de la Real Academia. Así, también, las revisiones se harán de manera más sosegada y se podrá comprobar mejor la auténtica implantación de algunas voces.

Moreno Alba, el académico mexicano, celebró también la nueva herramienta por lo que tiene de trabajo esencial de equipo y abierto. "Aconseja y respeta las diferencias de uso con niveles de corrección y ejemplaridad diferentes según los casos. Porque hay que saber que la lengua cambia dependiendo de circunstancias geográficas e históricas y que lo prestigioso en algunos lugares puede ser de uso popular en otros. En eso, el diccionario reconoce que la lengua es una suma de sistemas y que en lugar de un gran tronco con ramas, como se ha considerado hasta ahora, hoy se ve como un enorme mosaico de sistemas", aseguró. Es decir, no se imponen reglas, se recomienda su uso según la procedencia y la forma de entenderse en cada lugar de la enorme casa del español.

Las preocupaciones más acuciantes son los extranjerismos. Sobre todo, los anglicismos. "No son muchos, pero es que están por todas partes", alertaba Pedro Luis Barcia. Sobre todo, molestan los superfluos. "Hay que combatir aquellos que se imponen por esnobismo, sin dejar de tener en cuenta que esta misma palabra es una de las que ya hemos adoptado como nuestra. Pero ahora, ¿por qué decir sale, cuando podemos utilizar venta?". En cuanto a los extranjerismos, debe haber un límite que no se pueda traspasar: "Cuando una palabra sencillamente no se puede traducir, pues se adopta y se escribe en cursiva para dejar constancia de que es adoptada, como puede ser el caso de jazz o ballet", explica Barcia.

Otra preocupación que ha dado lugar a muchos debates y a discusiones, sobre todo en las sesiones a las que han acudido representantes de 25 grupos de comunicación de toda Hispanoamérica, han sido los topónimos. "No ya los que tienen clara traducción latina, como Londres o Amberes, que ésos ni hay que tocarlos, sino aquellos que vienen de lenguas orientales, árabes o eslavas, las que no tienen alfabetos latinos, sobre las que todavía no hay criterios claros", aseguró Barcia.

También ayer el presidente de la Academia argentina afirmó en San Millán de la Cogolla que el programa del III Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebrará en Rosario (Argentina) del 17 al 20 de noviembre, "está cerrado" y todos los problemas económicos, resueltos, informa Efe. Barcia dijo que este tercer congreso -los anteriores se celebraron en Zacatecas (México) y Valladolid- va a contar con una mayor presencia de escritores, filólogos, directores de cine, traductores, lingüistas, hispanistas, comunicadores y otros expertos; y confirmó la participación de Carlos Fuentes, José Saramago, Ernesto Cardenal, Mario Vargas Llosa, José Saer y Abelardo Castillo, entre muchos otros.

Los representantes de las 22 academias de la Lengua Española, en la reunión que mantuvieron ayer en San Millán de la Cogolla, presidida por los Príncipes.
Los representantes de las 22 academias de la Lengua Española, en la reunión que mantuvieron ayer en San Millán de la Cogolla, presidida por los Príncipes.EFE

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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