Científicos de 67 países apoyan la clonación terapéutica
Reclaman a la ONU que sólo prohíba la reproductiva
Las academias de ciencias de 67 países han pedido a sus respectivos Gobiernos que apoyen en la ONU la prohibición de la clonación reproductiva y la autorización de la clonación terapéutica. El organismo que agrupa las academias ha reactivado la iniciativa presentada hace un año, dado que la ONU volverá a examinar este tema en octubre. La academia española de ciencias no ha suscrito la petición.
El Grupo Interacadémico agrupa a academias de 90 países, lo que quiere decir que una amplia mayoría de sus miembros -67 de 90- está activamente a favor de la clonación terapéutica. Por parte española es miembro del grupo la Real Academia Española de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, presidida por el físico Carlos Sánchez del Río, que no se ha adherido a la iniciativa.
El Sexto Comité de la Organización de Naciones Unidas va a retomar en su asamblea general que comienza en octubre la elaboración de un tratado internacional que debe regular la clonación. Está prevista una votación sobre el tema alrededor del 20 de octubre. El año pasado, un proceso similar terminó con el aplazamiento de la iniciativa durante un año. Entonces, España votó junto a Estados Unidos para que se prohibiera todo tipo de clonación humana.
El texto firmado por científicos de 67 países pide que se prohíba en todo el mundo la clonación reproductiva pero que se deje a cada país establecer la política sobre clonación humana con fines de investigación o terapia. Este mismo mes, el organismo regulador de estos temas en el Reino Unido autorizó a un grupo de investigadores de ese país a realizar experimentos de clonación con fines médicos, el primer ensayo de este tipo de Europa. Antes, en febrero pasado, científicos coreanos aseguraron haber conseguido clones humanos y haber derivado de ellos células madre, que se podrían utilizar para fines terapéuticos. Posteriormente han surgido dudas sobre el resultado real de estos experimentos.
El Reino Unido no
Richard Gardner, que preside el grupo de trabajo sobre investigación con células madre en la británica Royal Society ha señalado: "Está claro que si el tratado prohíbe todas las formas de clonación humana, el Reino Unido y otros países que en la actualidad permiten la clonación con una cuidadosa regulación, no lo firmarán. Para parar de forma efectiva a los aventureros que aseguran que su trabajo en la clonación humana reproductiva es aceptable porque no está prohibida en todo el mundo, se debe conseguir un tratado de la ONU que tenga el consenso de todos los países". Gardner recuerda también que Estados Unidos no ha declarado todavía fuera de la ley la clonación reproductiva debido a los intentos gubernamentales de incluir también la terapéutica.
La obtención de células madre embrionarias para fines de investigación y de terapia a partir de embriones clonados debe ser excluida de la prohibición de la clonación humana, aseguran las academias científicas en su manifiesto. Al recordar que la investigación en clonación reproductiva en otros mamíferos distintos del ser humano ha mostrado que existe una incidencia mucho más alta de la normal de defectos y mortalidad tanto en la etapa fetal como en los recién nacidos, los científicos aseguran que la salud de un individuo clonado estaría amenazada seriamente no sólo en el momento del nacimiento sino a lo largo de toda su vida. Además, las mujeres que desarrollaran los embriones clonados en su cuerpo correrían también un mayor riesgo.
"Incluso sobre una base puramente científica, sería muy irresponsable que alguien intente la clonación reproductiva dado nuestro nivel actual de conocimiento científico", se asegura en el texto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.