Londres autoriza el primer ensayo en Europa de clonación con fines médicos
Investigadores de Newcastle esperan iniciar en 5 años pruebas clínicas para tratar enfermedades
El Reino Unido otorgó ayer a un grupo de investigadores de Newcastle la primera licencia europea para utilizar la clonación terapéutica para investigar la cura de enfermedades hoy en día irreversibles, como ciertos tipos de diabetes, el Alzheimer, el Parkinson y otras enfermedades degenerativas. La licencia es de un año, renovable, aunque los investigadores advirtieron ayer de que se necesitarán al menos cinco años de trabajo antes de que puedan empezar los ensayos clínicos de los nuevos tratamientos, con tejidos derivados de células del enfermo clonadas, que no producirían rechazo.
La licencia lleva el aval de la Autoridad para la Fecundación Humana y Embriología (HFEA, en sus siglas en inglés), que ha estado durante dos meses deliberando antes de pronunciarse desde que a mediados de junio anunció que iba a tomar una decisión sobre la solicitud presentada por el Newcastle Centre for Life, de esa ciudad del norte de Inglaterra. Antes de concretar esa decisión, la autoridad "ha estudiado cuidadosamente todos los aspectos científicos, éticos, legales y médicos del proyecto", según la presidenta de la HFEA, Suzi Leather. "Se trata de una importante área de investigación y un uso responsable de la tecnología", añadió.
El proyecto -que será desarrollado de manera conjunta por expertos del Instituto de Genética Humana de la Universidad de Newcastle y del Centro de Fecundación de esa ciudad- exigirá "por lo menos cinco años de trabajo en laboratorio, antes de que podamos entrar en la fase de ensayos clínicos, pero ese lapso puede reducirse si recibimos financiación adicional para incrementar el número de miembros de nuestro equipo", declaró Alison Murdoch, líder del Centro de Fecundación de Newcastle, una institución dependiente del NHS, el sistema público de salud del Reino Unido. "Estamos absolutamente encantados", dijo Murdoch. "El potencial de esta área de investigación es inmensamente excitante y puede llevarnos a grandes avances en el conocimiento de numerosas enfermedades", añadió.
"Newcastle es ahora líder en este campo de investigación, pero aumenta la presión de los científicos de Estados Unidos para recibir permiso para investigar", comentó Miodrag Stojkovic, de la Universidad de Newcastle. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se opone a la clonación de cualquier tipo por motivos religiosos.
Dudas sobre Corea
Richard Gardner, presidente del grupo de trabajo de la Royal Society sobre investigación en células madre y clonación, aseguró ayer que "el trabajo del Newcastle Centre for Life es un primer paso vital, porque antes de que podamos seguir avanzando con la clonación terapéutica necesitamos establecer por encima de toda duda que somos capaces de producir líneas celulares a partir de embriones clonados".
"Los trabajos previos llevados a cabo por científicos coreanos, que parecían haber tenido éxito, han acabado en la incertidumbre porque no han sido capaces de probar de manera definitiva que la única línea celular que obtuvieron procedía de un embrión clonado", añadió Gardner.
El uso de embriones humanos con fines médicos es legal en el Reino Unido desde 1990, pero la clonación terapéutica no se aprobó hasta 2001 y se encuentra condicionada siempre a una regulación muy estricta. La clonación con fines reproductivos está prohibida.
El Colegio de Médicos británico recordó ayer su apoyo a la clonación terapéutica bajo un estricto control.
El debate sobre la clonación tomará rango mundial en octubre, cuando las Naciones Unidas celebren una reunión para discutir una futura convención sobre el tema. "Esa convención podría prohibir tanto la clonación humana como la terapéutica", recordó ayer Gardner, de la Royal Society. "Sin embargo", añadió, "el Reino Unido y otros países, apoyados por 67 academias nacionales de las ciencias, han pedido que en la convención se proscriba la clonación humana reproductiva, pero que se permita que cada país tome sus propias decisiones acerca de si la clonación terapéutica debe ser permitida o no".
La concesión de esta primera licencia ha enfurecido a los grupos antiabortistas, que se oponen a la medicina regenerativa. La decisión gubernamental fue calificada de "deplorable" por uno de esos colectivos, Life, y de "muy preocupante" por Comment On Reproductive Ethics. Además, el partido Pro Vida anunció que ha pedido asesoramiento legal para intentar dar la vuelta a la situación en los tribunales. "Es una perversión que, en el actual clima de preocupación por la protección de los animales, la HFEA permita la experimentación con seres humanos sin que haya el menor murmullo de preocupación en la opinión pública", declaró Julia Millington, de esa formación política.
El Vaticano reaccionó ayer de forma inmediata. "El Papa siempre ha condenado sin equívocos toda forma de clonación de embriones humanos, incluso con fines terapéuticos", dijo Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, que no obstante añadió que el Vaticano se reserva pronunciarse más detenidamente cuando tenga más detalles.
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