Desacuerdo internacional
Madrid
La decisión de las autoridades británicas es la primera aplicación de una ley de 2001 que autoriza la clonación terapéutica (también llamada por los científicos transferencia nuclear). En Europa, también Bélgica lo permite aunque aún no lo ha puesto en práctica.
La causa de esta diferencia es que Reino Unido y Bélgica fueron los dos únicos países europeos que no ratificaron el Convenio de Oviedo de 1997, que prohíbe "la constitución de embriones con fines de investigación". Pero esa prohibición, que entró en vigor el 1 de enero de 2000, deja un hueco a los procedimientos aprobados en Reino Unido, según Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética. "La clonación", dice este médico, "cuando es con fines terapéuticos [no de investigación] está permitida".
Esta situación hace que cada ensayo dependa de las leyes de cada país. Fuera de Europa, países como China, Israel, Singapur o Corea del Sur no sólo tienen una política menos restrictiva sino que incluso la fomentan como un método para captar inversiones y atraer a científicos. Es lo que ocurrió con Bernat Soria cuando trasladó a Singapur parte de sus trabajos sobre tratamiento de la diabetes con células madre embrionarias porque el anterior Gobierno no le permitió seguirlos en España.
La diferencia en las legislaciones ha hecho que incluso la ONU debata el asunto. En noviembre de 2003, un grupo de 70 países, entre ellos España y Estados Unidos, intentó sin éxito que se prohibiera cualquier tipo de clonación. La reproductiva lo está en todos los países que han legislado al respecto.
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