Crisis de Gobierno en Italia tras la salida del ministro de Economía

Después de una larga reunión de los líderes de la coalición gobernante, celebrada el pasado viernes de madrugada, el ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, presentó su dimisión ayer a las seis de la tarde a Silvio Berlusconi, que le agradeció el empeño y la pasión que había puesto en su trabajo. El cambio de fuerzas dentro de la coalición, tras las recientes derrotas en las elecciones europeas y locales, ha sido el desencadenante de la crisis.

En esta reunión se discutió sobre el recorte de 5.500 millones de euros del gasto público necesarios para salvar a Italia de la amonestación de la UE por el riesgo de un excesivo déficit, en vistas a la reunión de los 25 ministros de Economía de la Unión Europea (Ecofin) que tendrá lugar mañana lunes.

Cuando Tremonti presentó su plan de reducción fue acusado por Giancarlo Fini, vicepresidente del Gobierno y líder de Alianza Nacional, de presentar "las cuentas falsificadas". Este plan determinaba que de los cerca de 6.000 millones previstos, el recorte se reducía a 4.000 millones de euros "debido a razones contables", según especificó el ahora ex ministro de Economía.

La discusión sobre los recortes públicos que tendrían que hacer frente al aviso del Ecofin ha sido la gota que ha colmado el vaso de desacuerdos dentro de La Casa de la Libertad -Forza Italia, Alianza Nacional (AN), Unión de Demócratas Cristianos (UDC), Liga Norte-, que desde hace tres meses se encuentran en crisis por la reforma de las pensiones, la reforma de la ley electoral -de mayoritaria a proporcional-, el enfrentamiento de Tremonti con el Gobernador de la Banca de Italia, Antonio Fazio, o la gestión de la propia política económica pensando en una reducción de impuestos que será muy difícil en la estancada economía italiana y que Berlusconi había prometido en su programa electoral.

Éste es uno de los puntos más conflictivos, ya que el vicepresidente Fini pretende que la figura del superministro, que hasta ahora ocupaba Tremonti, se conviertaen un órgano colegiado de decisión.

Esta alternativa, apoyada por los democristianos de UCD, responde a la política de Fini, quien busca una reforma económica en la que los actores sociales y los sindicatos participen en las decisiones, y está en fuerte contraposición con la gestión liberal de Tremonti.

Por otro lado, la dimisión de Tremonti se produce tras las elecciones europeas y locales, en las que el partido de Berlusconi ha perdido cuatro millones de votos y en las que han salido beneficiados Alianza Nacional y UCD.

Pacto de Estabilidad

Este cambio de fuerzas dentro de la coalición ha sido el desencadenante de la crisis de Gobierno no declarada. En juego están las alianzas de cada partido de la coalición: Mientras Forza Italia tiene más votantes en el norte de Italia, UCD y AN son más fuertes en el Mezzogiorno, el sur del país. El cambio de fuerzas ha dado un respiro a AN y UCD, quienes ahora se sienten capaces de hacer frente a la Liga Norte. Justamente fue Tremonti quien en 2001 fue el puente de acuerdo entre Forza Italia y Liga Norte, por el que Berlusconi pudo gobernar de nuevo, ayudado también por los votos de AN.

Durante todo el día de ayer, técnicos y ministros de diferentes carteras se dieron cita en el Ministerio de Economía para preparar una maniobra correctiva sobre los recortes del gasto público que presentará el lunes Silvio Berlusconi en Bruselas. El documento que llevará Berlusconi explicará, en no más de dos hojas, las grandes líneas de acción que efectuará el Gobierno italiano para cumplir con los objetivos marcados por el Ecofin, y entre los que se encuentra el límite del déficit del 3% respecto al PIB. En los primeros seis meses del año el déficit público de Italia se ha disparado hasta los 38.500 millones de euros, 12.700 millones más que en el mismo periodo del año anterior. Según las previsiones, a finales de año podría superar en dos décimas el techo del 3% fijado en el Pacto de Estabilidad de Maastricht

El mandato del superministro Giulio Tremonti acaba tras 1.148 días en los que ha trabajado sobre todo en el proyecto de reducción de los impuestos de Berlusconi.