El PP sólo destinó el 1,2% de la ayuda oficial a salud reproductiva
El informe de una red de ONG sitúa a España a la cola de Europa
Medio millón de mujeres mueren cada año al dar a luz. Muchas más quedan lisiadas de por vida en algunos de sus numerosos partos. Éste es el precio que deben pagar todavía las mujeres del Tercer Mundo al asumir su papel reproductivo. España, sin embargo, sólo ha destinado bajo el Gobierno del PP el 1,2% de su Ayuda Oficial al Desarrollo a la salud reproductiva, que en su totalidad no sobrepasa el 0,24% del PIB.
Así lo revela un informe del GIE (Grupo de Interés Español en Población, Desarrollo y Salud Reproductiva) sobre el periodo 1995-2002. El objetivo es alertar de la deficiente respuesta española a los compromisos adquiridos en las cumbres sobre Población y Desarrollo de El Cairo (1994) y sobre Mujeres de Pekín (1995). En 2002 sólo se destinó el 1,27% a salud reproductiva, porcentaje muy alejado del recomendado por la ONU, el 4%.
"Estamos a la cola de Europa", afirma Enric Royo, de la Fundación CIDOB y autor del informe. Para muchos, la salud sexual y reproductiva sigue siendo tabú. " Mientras que los programas para sanear el agua o construir hospitales ofrecen consensos automáticos, en este campo hay más controversia", admite. Pese a que los foros internacionales reconocen el derecho a decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de los hijos y piden que la salud reproductiva forme parte de las prioridades de los Gobiernos, esta ayuda quema aún en algunos despachos.
"El grueso de la partida va a la salud maternoinfantil. Hay demandas apenas atendidas como la planificación anticonceptiva. Y retos que se quedan en deseos, como la reducción de la fecundidad adolescente o la información para prevenir los matrimonios tempranos", dice Mercè Gascó, presidenta del GIE. "Sin olvidar la pandemia del sida, íntimamente unida a la salud reproductiva".
El informe señala que la aportación española "de carácter multilateral es exigua", dice Royo, y se restringe a la salud materno-infantil. La ayuda a Marruecos (país con alto índice de mortalidad por parto) y República Dominicana se canaliza en esa dirección. "Pero no basta. La salud reproductiva es más amplia, e incide directamente en la reducción de la pobreza", recuerda María Soler, secretaria de GIE, red que agrupa a organizaciones tan diversas como la Federación de Planificación familiar de España, Salud y Familia, Médicos del Mundo, Medicus Mundi, Médicos sin Fronteras y Fundación Internacional Olof Palme, entre otras.
"Una de las contradicciones es que el 25% de la aportación se gestiona a través de organizaciones de inspiración cristiana", apunta Royo. "No se trata de poner en entredicho globalmente a estas organizaciones, pero, como es sabido, son contrarias a las prácticas anticonceptivas", puntualiza. Otro hecho que merma la eficacia es que va "hacia América Latina y Norte de África de forma prioritaria. Al África subsahariana, tan azotada por el sida, sólo llega el 5%. Uno de los desafíos del nuevo Gobieno es ampliar la ayuda a nuevos países", sostiene Royo.
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