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LA POSGUERRA DE IRAK

EE UU y el Reino Unido discrepan sobre el grado de soberanía del nuevo Gobierno iraquí

Powell afirma que Washington seguirá decidiendo las operaciones militares tras el 30 de junio

Colin Powell, secretario de Estado de Estados Unidos, asegura que las tropas en Irak seguirán bajo mando norteamericano y que harán "lo que sea necesario para su protección", aunque esto implique diferencias con el nuevo Gobierno iraquí. La afirmación contrasta con las declaraciones del martes de Tony Blair, primer ministro británico, sobre que Irak tendrá "el control político final" en las operaciones militares. Blair lo justificó al decir que la transferencia ha de ser "auténtica", pero añadió que la coalición podría no aceptar los criterios del Gobierno iraquí.

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Las palabras de Blair al Parlamento británico incluyeron una cierta ambigüedad: a partir del 30 de junio, "las decisiones políticas y estratégicas pasan al Gobierno iraquí; una vez tomadas esas decisiones, la ejecución de cualquier operación se lleva a cabo bajo las fuerzas militares y sus mandos". Ayer matizó sin aclarar: "Estamos completamente de acuerdo en que la transferencia de soberanía debe ser plena y en que la fuerza multinacional debe permanecer bajo mando de EE UU".

Después del próximo 30 de junio, EE UU mantendrá 138.000 soldados. Es previsible que esas tropas se enfrenten a numerosos problemas. Discutir y coordinar la respuesta a esos problemas con el Gobierno de Irak será un desafío para los mandos norteamericanos. ¿Podrá ese Gobierno ejercer el veto sobre una operación militar aprobada por el Pentágono? A juicio de Powell, "tendríamos en cuenta lo que dijeran, política y militarmente, pero, en última instancia, si se trata de la seguridad de las tropas o del cumplimiento de una misión que pudiera no coincidir por completo con lo que el Gobierno provisional iraquí quisiera hacer, las fuerzas de EE UU siguen estando bajo control de un mando norteamericano y harán lo que haga falta para garantizar su propia protección". Powell añadió: "Todo se discutirá con el nuevo Gobierno y creo que se resolverá. No hay razón para creer que no se puede alcanzar un acuerdo amistoso sobre esto".

En Bagdad, el general Mark Kimmitt dijo: "Aún no se ha establecido firmemente la relación que habrá. En líneas generales, estamos hablando de una asociación". Asociación es un término que la realidad iraquí de los próximos meses someterá a pruebas muy duras. En opinión de Ted Galen Carpenter, vicepresidente de Defensa y Política Exterior del Instituto CATO, de Washington, "es mucho más probable que Irak se vea azotado por una ola de violencia mayor que la actual o que esté dirigido por islamistas más o menos radicales o dirigentes de la anterior dictadura a que se convierta en un país secular, democrático y federal, amigo de EE UU y de Israel". Para Gayle Smith, del Centro Americano para el Progreso, "la experiencia indica que el nuevo Gobierno iraquí corre el riesgo de ser visto, de nuevo, como una solución impuesta desde fuera". Según Andrew Apostolou, de la Fundación de Defensa de las Democracias, "el pánico del Gobierno de EE UU por el deterioro de la situación significa que la ONU va a tener en Irak responsabilidad, pero no poder".

En Nueva York, el Consejo de Seguridad se reunió ayer a puerta cerrada para discutir el borrador de resolución. El secretario general, Kofi Annan, ha dicho que hay que esperar a que su enviado en Bagdad, Lajdar Brahimi, componga el nuevo Ejecutivo. Si ese proceso avanza, la resolución podría aprobarse dentro de dos o tres semanas. EE UU y Reino Unido quieren acortar tiempos. Francia y Alemania sumaron fuerzas para concretar el proceso político de cesión de la soberanía plena y la arquitectura de la seguridad. El embajador alemán pidió a Reino Unido y EE UU que aclaren sus posturas y propuso un mecanismo para coordinar la cadena de mando de la fuerza multinacional con el gobierno de transición, e insistió en que se debe dejar claro que la presencia de las tropas no es permanente, y que cualquier gobierno soberano debe tener derecho a limitar el mandato o extinguirlo.

Annan informó el martes al Consejo sobre los progresos de Brahimi. Según distintos embajadores, incluido el español, Juan Antonio Yáñez, "no dio ningún nombre" porque "todavía no tiene la fórmula" para integrar a las distintas facciones políticas y religiosas. Fuentes diplomáticas creen que "es arriesgado hablar antes de que el cuadro esté compuesto", en referencia al científico nuclear chií Hussain Shahristani, barajado como primer ministro. Pero Brahimi sí informó anoche de que Shahristani declinó la propuesta de ocupar un cargo en el futuro gobierno.

Hasta que el Gobierno no esté formado, no se entrará en el grueso de la negociación. "Cuando esté alcanzado el acuerdo, mandaré la lista al secretario general y después al Consejo", dijo ayer Brahimi. "Estamos muy cerca", añadió. Sobre el primer ministro dijo que "será una persona con experiencia y que tenga el apoyo de todos los partidos del país. Será un primer ministro para todo el país, no sólo para los chiíes". Pero advirtió de que "el 30 de junio no es una fecha mágica".

Tanques de Estados Unidos patrullan por el centro de la ciudad iraquí de Kerbala.
Tanques de Estados Unidos patrullan por el centro de la ciudad iraquí de Kerbala.ASSOCIATED PRESS

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