EE UU acepta el plan del clérigo radical chií Múqtada Al Sáder para poner fin al cerco de Nayaf
La propuesta prevé la retirada de milicianos y soldados de la ciudad santa, que quedaría en manos de la policía iraquí
Estados Unidos ha decidido dar un voto de confianza al clérigo radical chií Múqtada al Sáder, atrincherado desde hace dos meses en la ciudad santa de Nayaf con sus milicianos, después de que en abril llamara a la rebelión contra las fuerzas ocupantes. El Ejército estadounidense ha aceptado congelar sus operaciones en esa localidad, que tiene sitiada con 2.500 soldados, para poder llevar a cabo el plan de retirada propuesto por el clérigo rebelde.
La propuesta de Múqtada al Sáder prevé la retirada de parte de sus seguidores armados para dejar que las fuerzas de seguridad iraquí tomen el control de la ciudad; además, el resto de milicianos (se quedarían allí sólo los que vivían en la localidad antes del levantamiento) se compromete a no portar armas de fuego en la ciudad. A cambio, el clérigo exige la retirada de las fuerzas de ocupación, que sólo podrían dejar unidades reducidas para proteger el cuartel general de la coalición y los edificios del Gobierno iraquí, según informa el diario estadounidense The New York Times.
Dan Senor, portavoz de la Autoridad Provisional de la Coalición, ha anunciado horas después de hacerse pública la propuesta del clérigo la suspensión de todas las operaciones militares ofensivas contra los milicianos rebeldes en la ciudad santa. Además, Estados Unidos cederá gradualmente la responsabilidad de mantener la seguridad en la zona a la policía iraquí, para por fin, "cuando hayan reestablecido la ley y el orden", replegar las tropas que cercan la ciudad.
Decenas de milicianos han muerto en los combates con fuerzas estadounidenses desde que el pasado mes de abril el clérigo llamara a la rebelión contra las fuerzas ocupantes. Estados Unidos dispone de 2.500 soldados desplegados alrededor de Nayaf (situada 170 kilómetros al sur de Bagdad) desde principios de abril, pero evita con cuidado las operaciones a gran escala dentro de la ciudad para evitar el levantamiento de la comunidad moderada, dado el carácter santo del lugar para los chiíes (allí se halla el mausoleo del imán Alí, fundador de esta rama del islam que sigue el 60% de la población iraquí).
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