Sharon anuncia que continuará con los asesinatos de jefes radicales palestinos
El líder de Hamás en el exterior, próximo blanco del Ejército, según un ministro israelí
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, confortado con el apoyo incondicional del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció ayer que continuará con la política de asesinatos selectivos de los líderes radicales palestinos. Un ministro de su Gabinete, Gideon Ezra, hizo algo más: insinuó que uno de los futuros blancos del Ejército será Jaled Mechaal, el jefe del aparato político de la organización Hamás en el exterior, quien se encuentra exiliado en Siria, protegido por el régimen de Damasco. Paralelamente, Sharon aseguraba que seguirá con su plan de retirada unilateral de Gaza.
"No permitiremos jamás a los asesinos de hoy ni a los de mañana, que atenten contra nuestro pueblo. Quienes osen hacerlo serán golpeado", aseguró ayer por la tarde el jefe de Gobierno, Ariel Sharon, en el transcurso de una ceremonia celebrada en el Museo del Holocausto de Jerusalén, al iniciar las ceremonias con las que cada año se conmemoran el recuerdo de la Shoah, el genocidio judío a manos de los nazis, durante la II Guerra Mundial, en el que murieron más de seis millones de personas.
Sharon desafiaba con estas palabras de manera pública la oleada de condenas de la comunidad árabe y occidental que le han criticado en las últimas horas por el asesinato selectivo del dirigente de Hamás, Abdelaziz Rantisi, de la misma manera que tres semanas atrás esta misma comunidad protestó con ocasión del asesinato del jeque Ahmed Yassin.
El jefe de Gobierno israelí -imperturbable ante las críticas y reconfortado por el apoyo incondicional que el presidente norteamericano, George W. Bush, le manifestó el pasado día 14 en la Casa Blanca, a través de la Declaración de Washington- había anunciado ya a sus ministros horas antes su intención de continuar con la política de asesinatos de los líderes radicales palestinos, sobre todo de los dirigentes "terroristas de Hamás".
También recalcó que estas operaciones militares se llevarían a término antes de que las tropas israelíes comiencen su retirada de Gaza y se desmantelen 21 asentamientos judíos.
El ministro encargado de las relaciones con el Parlamento, Gideon Ezra, ex jefe de los servicios secretos del interior, Shin Beth, fue en este sentido mucho más explícito e informó a la prensa, a la salida de la reunión de Gobierno: "Las operaciones como la que se han llevado a término contra Rantisi, van a continuar, aunque sea sólo para asegurarnos que las organizaciones terroristas no tomarán el control de la franja de Gaza, después de nuestra salida".
Exceso de locuacidad
El ministro, en un exceso de locuacidad, añadió: "El presidente Bush ha dado su bendición a la lucha contra el terrorismo". También dejó entrever que el próximo blanco sería sin duda Jaled Mechaal, el máximo responsable de Hamás en el exterior, quien se encuentra refugiado en Damasco, a pesar que el Gobierno de Bachar el Assad no lo reconozca oficialmente. Mechaal fue hace siete años víctima de un atentado frustrado, perpetrado por dos agentes del Mossad, que lograron inyectarle una pócima mortal cuando caminaba por el centro de Ammán. La intervención personal del rey Hussein de Jordania logró salvarle la vida.
Al mismo tiempo que Sharon anunciaba que proseguiría con la guerra sucia contra los dirigentes palestinos, recalcaba que continuaría con su programa político, especialmente con el Plan de Separación Unilateral de los territorios palestinos, cuyo primer paso será la retirada de las tropas de Gaza. El programa de Sharon será debatido democráticamente en el seno del partido nacionalista Likud, donde 200.000 militantes han sido convocados para votar el proyecto en un referéndum que se celebrará el próximo 2 de mayo.
El Plan de Separación Unilateral de Sharon cuenta desde ayer con el apoyo de su ministro de Hacienda, Benjamín Netanyahu, el principal adversario del primer ministro en el seno del partido Likud. Netanyahu anunció ayer oficial y públicamente que apoyaba el proyecto, dejando de esta manera huérfana a la comunidad radical configurada por 420.000 colonos, 7.000 de los cuales serán desalojados de las colonias de Gaza.
Un reciente estudio efectuado por la oposición del Partido Laborista asegura que el Gobierno israelí deberá desembolsar cerca de 400.000 dólares por cada una de las familias de colonos desalojadas de Gaza, lo que supone un gasto total de 615 millones de dólares, una importante de las cuales piensa conseguirla a través de préstamos blandos, avalados por Estados Unidos.
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