Millares de palestinos claman venganza contra Israel en el entierro de Rantisi
La organización integrista mantiene en secreto el nombre del nuevo líder de Hamás en Gaza
Millares de palestinos se lanzaron ayer a las calles de Gaza para gritar venganza y acompañar hasta el cementerio de los Mártires los restos de Abdelaziz Rantisi, de 57 años, líder supremo de Hamás y jefe indiscutible de su brazo armado, las brigadas Ezzedine al Qassam, que fue asesinado la tarde del sábado por misiles lanzados desde un helicóptero israelí. Pocas horas antes de que se celebrara el entierro de Rantisi, la cúpula de la organización integrista se reunió para decidir el nombre del nuevo líder de Hamás, que permanecerá en secreto y en la clandestinidad para evitar su eliminación.
"Ayer dijeron que habían matado a Rantisi para debilitar a Hamás. Están soñando. No es verdad. Cada vez que cae un mártir se fortalece Hamás. Hamás puede sufrir una crisis tras perder a sus líderes, pero nunca será vencida", bramó Ismael Haniya, uno de los máximos dirigentes del movimiento islámico, superviviente de tres años de Intifada y de la dura represión israelí, que ha acabado en poco tiempo con la vida de media docena de sus máximos responsables, políticos y militares, entre los que destaca el jeque Ahmed Yassin, Salah Sehade, Jamal Mansur, Jamal Salim o Abu Hanud. Las palabras de Ismael Haniya, uno de los pocos líderes de Hamás que ayer se atrevieron a salir a la calle y a hablar en voz alta, fueron coreadas por los millares de simpatizantes y militantes de Hamás que se concentraron en el bario del Jeque Raduan, en el suburbio norte de Gaza, en el mismo lugar en el que Rantisi vivió desde hace más de 30 años y en donde el pasado sábado a última hora de la tarde fue asesinado.
El cuerpo desnudo de Rantisi, cubierto sólo con un sudario y una bandera de Hamás, avanzó por las calles a hombros de los jóvenes, entre un marea humana. Millares de personas enloquecidas por el dolor y la ira trataban de besar los restos del muerto. Algunas arrojaron flores sobre el cadáver. En su cabeza alguien le había colocado una cinta verde, con la inscripción "Alá es el más grande", con la que se suelen ceñir los suicidas o los militantes radicales antes de entrar en combate.
Horas antes del entierro, los dirigentes de Hamás se reunían en un cónclave secreto para designar el nuevo líder. Los reunidos se conjuraron en no desvelar su nombre, pero en los círculos políticos se asegura que el nuevo responsable es Mahmoud Zahar, de 58 años, médico ginecólogo, formado también en Egipto, y encargado de un humilde dispensario en Gaza. Zahar sobrevivió el pasado verano a un ataque israelí, en el que murió, sin embargo, uno de sus hijos. Algunos aseguran que el verdadero número uno es Ismael Haniya, convertido en los últimos días en el portavoz oficial de la organización.
[Un palestino murió ayer y otro resultó gravemente herido en una manifestación contra el muro de seguridad al noroeste de Jerusalén, informa France Presse].
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