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Brasil y Argentina firman un acuerdo para buscar una nueva relación con el FMI

Lula y Kirchner deciden abrir consulados conjuntos dentro de su gran acercamiento

Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Argentina, Néstor Kirchner, dieron ayer un empujón a la "asociación estratégica" económica y política en la que vienen trabajando en los últimos tiempos, con la firma de un acuerdo que compromete a los dos gigantes del Mercosur a negociar una nueva relación con los organismos financieros internacionales, que les permita sobrevivir sin sobresaltos bajo la pesada carga de la deuda externa. Las obligaciones de ambos países superan los 400.000 millones de dólares.

El hotel Copacabana Palace, en la más emblemática de las playas de Río de Janeiro, fue el escenario de la firma del Acta de Copacabana, que incluye la Declaración sobre Cooperación para el Crecimiento Económico con Equidad, en la que han estado trabajando funcionarios de varios ministerios de los dos Gobiernos. El compromiso firmado ayer tiene como objetivo suavizar los ajustes fiscales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y concuerda con la propuesta que Lula transmitió a Bush, Aznar, Blair y Schröder, que propone que las inversiones públicas en infraestructura no sean contabilizadas por el FMI como gastos a la hora de calcular el superávit fiscal primario.

En la declaración conjunta, los dos gobernantes subrayan la necesidad de desarrollar "mecanismos adecuados en la arquitectura financiera internacional para evitar las crisis", y coinciden en apreciar que "la relación entre comercio, finanzas y crecimiento es crucial para alcanzar un desarrollo económico y financiero sostenido". En lo concreto, Lula y Kirchner proponen el inicio de negociaciones con los organismos multilaterales de crédito, que aseguren un superávit fiscal primario y otras medidas de política económica, "que no comprometan el crecimiento y garanticen la naturaleza sostenible de la deuda, de modo tal que preserve incluso las inversiones en infraestructura".

La propuesta contempla, asimismo, un trato fiscal diferenciado a las inversiones con financiación de las instituciones multilaterales para el desarrollo, y la revisión de los mecanismos de licitación en aquellas obras financiadas por los organismos de crédito a fin de fortalecer la inversión nacional y regional, sin violar las reglas de transparencia. En el terreno comercial, Brasil y Argentina están dispuestos a combatir juntos el proteccionismo en las naciones industrializadas y a encarar acciones conjuntas para la apertura de mercados. El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, ha expresado su apoyo a la propuesta de Lula y Kirchner, siempre que se refiera a las inversiones productivas que generan algún retorno financiero y no amenazan la deuda pública.

El Acta de Copacabana, continuación del llamado Consenso de Buenos Aires de octubre pasado, reitera la voluntad de Brasil y Argentina de fortalecer el papel de la ONU. En este sentido, los dos presidentes se felicitan por la coordinación política efectiva que tiene lugar este año con la participación de un diplomático argentino en la representación de Brasil en el Consejo de Seguridad durante 2004. La colaboración en la esfera diplomática tendrá dos experiencias piloto de consulados conjuntos, en la sede argentina en Hamburgo y la brasileña en Boston, un sistema de intercambio de funcionarios diplomáticos entre las dos cancillerías y el establecimiento de un mecanismo de colaboración entre las representaciones diplomáticas y consulares de ambos países.

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