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MATANZA EN MADRID | Las claves de la investigación

La policía sospecha del Grupo Combatiente Marroquí

La organización tiene conexiones en España, Reino Unido, Dinamarca, Italia, Irlanda, Bélgica y Turquía

Jorge A. Rodríguez

Los investigadores españoles sospechan que los autores de las masacres de Madrid y Casablanca estarían vinculados al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), cuya financiación procede de Al Qaeda y de la colecta de fondos en Europa, según informes de servicios antiterroristas de la UE. El grupo fue fundado, aunque con otro nombre, en 1993 en Peshawar (Pakistán) por veteranos de la guerra de Afganistán y algunos de sus integrantes han recibido cursos de explosivos en el campo de entrenamiento creado por la red de Osama Bin Laden cerca de Jalalabad. Uno de los detenidos hasta ahora por la masacre de Madrid, Jamal Zougam, tendría relaciones con esta organización, según fuentes antiterroristas. La investigación sigue en todos los frentes.

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Las pesquisas van avanzando en torno a ciudadanos marroquíes, de forma que la policía cree tener identificados a seis nacionales de ese país (uno detenido y cinco huidos) como autores materiales de la masacre, sin descartar la participación de personas de otras nacionalidades ni otras líneas de investigación. La policía ha enseñado fotos de integristas islámicos a más de un centenar de testigos, que han ofrecido algún reconocimiento coincidente con sus propias investigaciones.

Las indagaciones apuntan al grupo Al Jamaa Al Islamia Moujaida Fi Al Magrhib, nombre cuya traducción sería Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), al que supuestamente estaría vinculado Jamal Zougam. Éste y su madre fueron investigados en 2003, a petición de las autoridades francesas, por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, una indagación que posteriormente se adjuntó a otra investigación sobre el terrorismo islámico llevada a cabo por el juez Baltasar Garzón, según informaron ayer fuentes judiciales. Zougan habría tenido relaciones también con el mulá Krekar en Noruega

El GICM fue fundado en 1993 con el nombre Al Harakat Al Islamia Al Maghiribia, pero cambió de nombre. Los servicios de información europeos y de otros países informan de que tienen fuertes lazos con el Grupo Islámico Armado (GIA) Argelino, inicialmente prestándoles apoyo logístico. Sus integrantes rechazan cualquier gobierno que no se someta a la Sharia e interpretan de una forma extremadamente rigurosa el Corán.

Uno de sus objetivos declarados es hacer retornar a Marruecos a miembros del grupo que hubieran recibido entrenamiento terrorista en Afganistán "para cometer atentados". Nueve miembros del grupo, todos de origen marroquí, fueron detenidos por las tropas de Estados Unidos en dicho país y se encuentran encarcelados en Guantánamo, aunque tres de ellos (Tarek Dergoul, Abu Dar y Hamed Erachidi) han adquirido la nacionalidad británica y uno (Mosa Zemouri) está naturalizado en Bélgica.

Pero los que más preocupan son los otros ocho supuestos miembros de la organización que se encuentran en paradero desconocido y están en busca y captura por orden de varios países. Entre ellos supuestamente estarían algunos de los investigados por la matanza de Madrid. Las fuentes consultados han rechazado rotundamente facilitar las identidades de estas personas e indicar si hay coincidencias.

El GICM ha mantenido, según los servicios de inteligencia, contactos con Al Qaeda, a fin de obtener apoyo logístico, fondos y entrenamiento. De hecho, la organización de Bin Laden y los Talibán los acogieron en sus campos de entrenamiento en las localidades afganas de Bagram, Kabul, Kandahar y Jalalabad. En esta última población supuestamente recibieron instrucción para la fabricación de explosivos en el campo de Abou Khabab Al Misri.

Los contactos se extienden por todo el mundo, desde Argelia (el GIA y su escisión, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate) y su propio país (con Harakat Al Salafia Yihadia), pasando por Egipto (Yihad Islámica Egipcia) y Turquía (se han detectado contactos con tres personas). Pero también las policías europeas y de Marruecos han detectado contactos y enlaces de este grupo en Europa. En el Reino Unido residiría un miembro de esta organización, aunque nacionalizado británico, que habría sido sometido a investigación, como también lo han sido un danés-marroquí. Igualmente se han rastreado contactos en Italia (Abu Al Baraa), Irlanda y Bélgica (dos personas). España, una tradicional "retaguardia" del islamismo radical (Mohamed Atta estuvo en España antes del 11-S), habría albergado a numerosos miembros del grupo.

La investigación de los crímenes masivos avanza dato a dato y van surgiendo sorprendentes coincidencias, como la detención de un argelino en San Sebastián que en enero increpó a dos ertzainas diciéndoles que en dos meses iba a haber una matanza en Madrid. Se le investiga por si tuvo alguna participación en los preparativos o escuchó algo en círculos islamistas radicales. Como también se investiga la supuesta participación en el 11-M de un argelino, ya investigado en 2001, llamado Said Arel, e incluso si un coronel iraquí, Walid Salem Omar, nacido en Bagdad y entrenado en ex Yugoslavia (en fabricación de aviones teledirigidos) tuvo algo que ver, aunque los investigadores creen que no. Igualmente, la Guardia Civil tomó declaración ayer en Almería a un magrebí por el 11-M.

Imagen del tren atacado el 11-M en la estación de Atocha.
Imagen del tren atacado el 11-M en la estación de Atocha.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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