Las calles se quedan pequeñas para acoger las protestas ciudadanas contra el terror
Alrededor de un millón de personas se manifiestan en Alicante, Castellón y Valencia
Los recorridos previstos por los representantes del Gobierno en la Comunidad Valenciana para acoger las protestas contra el terror fueron insuficientes. Las calles se quedaron pequeñas ante la masiva afluencia de los ciudadanos que querían mostrar su solidaridad con las víctimas del atentado terrorista ocurrido el pasado jueves en Madrid y su rechazo a la violencia. Alrededor de un millón de personas se movilizaron en Alicante, Castellón, Valencia, Alcoi, Elche, Alzira y otras ciudades valencianas, que conocieron las mayores manifestaciones de toda su historia sin que se produjeran incidentes.
La aglomeración en Valencia fue tal que ocasionó quejas de los manifestantes
Alrededor de un millón de manifestantes, según cálculos de este periódico, mostraron ayer su indignación contra el terrorismo en las ciudades valencianas. Fuentes oficiales elevan esta cifra a 1.400.000, desglosadas de la siguiente manera: 1.000.000 de personas en Valencia, según la Delegación del Gobierno; 250.000 en Alicante, 100.000 en Castellón y 40.000 en Alcoi, según las respectivas policías locales. La Delegación del Gobierno dijo primero que en Valencia el número de manifestantes era de 700.000 para elevar minutos después la cifra al millón de personas. Este periódico calculó que el número de asistentes real fue de 650.000 en Valencia, mientras que en el resto de las localidades no constató diferencias sustanciales entre los datos oficiales y los propios. En cualquier caso, las manifestaciones celebradas fueron, sin ningún género de dudas, las más importantes de toda la historia.
En Valencia el recorrido previsto por los representantes del Gobierno fue más corto que el que siguió la manifestación contra la guerra de Irak, en Alicante, idéntico, y en Castellón llegó a alargarse tres kilómetros más para dar cabida a los manifestantes. La aglomeración en Valencia fue tal que ocasionó no pocas quejas de los manifestantes. De otro lado, la capital de la Comunidad Valenciana sufrió un colapso circulatorio durante el tiempo que duró la concentración.
Una característica generalizada de todas las manifestaciones fue la condena global al terrorismo, aunque también se escucharon protestas minoritarias responsabilizando a ETA de los atentados ocurridos en Madrid. Otros grupos reclamaron que se diera a conocer la verdad de lo ocurrido.
Las manifestaciones fueron el epílogo de una jornada de protesta que comenzó con un paro de 15 minutos, convocado por organizaciones empresariales y centrales sindicales, a las 12.00 del mediodía que fue secundado por decenas de miles de ciudadanos silenciosos frente a sus puestos de trabajo y que concluyó con los aplausos de homenaje a las víctimas de los terroristas.
El Ayuntamiento de Alicante y la Diputación de Castellón celebraron ayer plenos extraordinarios para condenar los atentados. Carlos Fabra forzó la aprobación de un comunicado en el que se atribuía de forma explícita la autoría de los hechos a la banda terrorista ETA, pese a las reticencias de la oposición, que reclamaba una redacción menos concreta ante la falta de datos sobre los autores reales de la matanza. En Alicante un millar de estudiantes se concentraron frente al Ayuntamiento mientras se celebraba el pleno.
La Universidad de Valencia convirtió la investidura de doctor honoris causa del pensador Edgar Morin en una acto de homenaje a las víctimas. Morin afirmó en su discurso que "el fundamento de la ética es la resistencia a la crueldad". "Lo peor, añadió, es ver regresar la idea bárbara de responsabilidad colectiva, que castiga a una familia, a una población, por el crimen o supuesto crimen de una persona o un Estado", añadió
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