CRISIS EN HAITÍ
JUAN JESÚS AZNÁREZ | Puerto Príncipe
Instado por Estados Unidos, el asediado presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, renunció ayer al cargo y abandonó un país sumido en el desorden callejero e institucional, abocado al caos hasta la inminente llegada de los marines norteamericanos y de una fuerza internacional capaz de asegurar un relevo pacífico en el Palacio Nacional.
Las milicias del comandante Guy Philippe, acantonadas en Cabo Haitiano, Gonaives y dispuesta al asalto en Mirebalais, a menos de 50 kilómetros de la capital, prometieron deponer las armas cuando desembarquen las tropas de paz internacionales y se firme un acuerdo político en Haití. Una avanzadilla de los rebeldes llegó a Puerto Príncipe para dialogar con la oposición y delegados de la comunidad internacional.
LA POSGUERRA DE IRAK
A mediados de enero de 2003, cuando el camino hacia la guerra parecía imparable, el primer ministro Tony Blair encontró resistencia en varias instituciones gubernamentales a participar en una guerra sin una nueva resolución, posterior a la que el Consejo de Seguridad había aprobado el 8 de noviembre de 2002, la 1.441.
El fiscal general del Reino Unido, lord Goldsmith, cambió de opinión sobre la legalidad de la guerra en Irak apenas dos semanas antes de la invasión del país, según publicaban ayer los diarios The Independent on Sunday y The Observer.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU), con su candidato Ole von Beust, ganó ayer de forma arrolladora la elección anticipada en la ciudad-Estado de Hamburgo con un 47% de votos, un incremento de más del 20% sobre el porcentaje obtenido en 2001. Se trata del mayor aumento de votos jamás logrado por un partido en Alemania.
Miles de partidarios del Gobierno marcharon ayer en Caracas mientras se esperaba el anuncio del Consejo Electoral que tiene previsto declarar válidas sólo 1,9 millones de firmas de los 3,4 millones que presentó la oposición.