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LA POSGUERRA DE IRAK

Sadam robó miles de millones de dólares de la ONU

Se conocía y se toleraba un cierto grado de corrupción. Era la única manera de tratar con el Gobierno de Sadam Husein y mandar ayuda humanitaria a Irak. Pero no fueron cientos sino miles de millones de dólares los que desaparecieron en cohechos y sobornos durante los últimos años del régimen aseguró ayer The New York Times tras una exhaustiva investigación.

El 9 de agosto de 1990, una semana después de la invasión de Kuwait, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso un implacable régimen de sanciones contra Irak. Para aliviar los devastadores efectos del bloqueo, Naciones Unidas creó en 1996 el programa Petróleo por Alimentos, un sistema de ayuda humanitaria que permitía a Bagdad vender crudo a cambio de comida y medicamentos.

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El Gobierno de Sadam se encargaba de tramitar las operaciones. El dinero iba a parar a la cuenta de un banco francés en París, bajo supervisión internacional. Pese a los controles, el régimen iraquí consiguió desviar miles de millones de dólares, esparcidos por cuentas bancarias en todo el mundo, que la coalición y los nuevos responsables de Bagdad están intentando recuperar.

Hace unos días se incautaron de seis millones de euros en Suiza de empresas relacionadas con esta trama. Los sobornos se hacían de muchas formas, normalmente cobrando amplias comisiones a los proveedores. "Aceptábamos una oferta barata del comprador y le pedíamos que nos diera un 10% más", explicó al diario neoyorquino un funcionario del Ministerio de Petróleo, "y lo añadíamos al contrato".

Dinero en metálico

Según The New York Times, las compañías occidentales que no podían incluir los cohechos en su contabilidad pasaban por intermediarios rusos o árabes. Los sobornos eran luego retirados de las cuentas bancarias por funcionarios iraquíes. "Mucho dinero llegó en metálico", cuenta a The New York Times, Shamkhi Faraj, responsable financiero del Ministerio de Petróleo, "solía ver a gente llegando a nuestras oficinas con maletas".

Irak vendía el petróleo a un precio inferior al del mercado lo que dejaba un amplio margen para los sobornos. "Teníamos instrucciones del Gobierno de pedir los precios más bajos", detalla Alí Mubdir que se encargaba de estas operaciones. Fue una práctica habitual entre septiembre de 2000 y octubre de 2002. Las misiones diplomáticas servían para canalizar parte del dinero.

La comisión de la ONU que vigilaba estos contratos no vio nada. Benon Sevan, el encargado del programa Petróleo por Alimentos, ha repetido en los últimos días que nadie de su organización estuvo implicado en el cobro de sobornos.

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