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LA POSGUERRA DE IRAK

El Consejo de Gobierno iraquí acuerda el texto de la nueva Constitución

El borrador reconoce al islam como fuente legal y concede cierta autonomía a la minoría kurda

Los miembros del Consejo de Gobierno iraquí alcanzaron la pasada madrugada un acuerdo sobre el borrador de la nueva Constitución, que reconocerá al islam como una de las fuentes (que no la única, como proponían los islamistas) de la legislación iraquí y concederá cierta autonomía a la minoría kurda. Sin embargo, el Consejo y los responsables de la coalición han preferido remitir a los redactores de la Carta Magna definitiva que saldrá de las elecciones la negociación de los temas más espinosos, como si el texto final tendrá como principal fuente legislativa la sharía o ley islámica.

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El debate entre grupos islamistas y liberales sobre el papel del islam y la inclusión de la sharía como única o principal fuente de inspiracion legislativa en la nueva Constitución fue uno de los escollos que impidió la firma del texto el pasado sábado, cuando debía haberse suscrito el documento, según el calendario previsto. Los islamistas quieren un texto inspirado exclusivamente en la ley islámica. Sin embargo, los miembros más liberales reconocen la diversidad religiosa y, por respeto a las minorías, desean que el islam sea una de las fuentes legales, pero no la única.

La nueva Carta Magna regirá de forma provisional la vida política de Irak hasta que la futura Asamblea surgida de las elecciones que podrían celebrarse a finales de este año o comienzos de 2005 apruebe un texto definitivo y permanente. Los miembros del Consejo y los responsables de la coalición han declarado que esta Ley Fundamental interina podría servir de norma general para la Constitución definitiva, pero han preferido remitir los detalles de los temas más espinosos a los redactores de la Carta Magna permanente.

Tras el acuerdo alcanzado la pasada madrugada, la nueva Constitución se firmará el miércoles, tras concluir mañana en la ciudad santa de Kerbala, al sur de Bagdad, la fiesta del Achura, principal celebración religiosa de los chiíes, comunidad a la que pertenecen el sesenta por ciento de los iraquíes. El administrador civil estadounidense en Irak, Paul Bremer, investido de poder para aprobar o vetar el documento final, ya ha advertido de que rechazará cualquier texto que convierta al islam en la principal fuente de la ley iraquí.

La minoría kurda

En cuanto a los derechos de los kurdos, "el Kurdistán seguirá siendo autónomo hasta que un gobierno elegido decida sobre esta cuestión estratégica", ha declarado Entifadh Qanbar, representante ante el Consejo de Gobierno del presidente del Consejo Nacional Iraquí, Ahmed Chalabi, quien ha precisado que, entretanto, el resto de provincias iraquíes tendrá libertad para poner en marcha sus propios sistemas de gobierno local. Los kurdos, que gozan de autonomía en su región desde 1991, han exigido que se conserven sus prerrogativas.

La cuestión de la Presidencia del país ha dividido igualmente al Ejecutivo iraquí, ya que mientras algunos sectores pedían que fuera colegiada, formada por tres o cinco personas, otros defendían la instauración de un presidente único. Al final se ha decidido que haya "un presidente y un primer ministro", ha explicado Entifadh Qanbar. El representante de Chalabi ha precisado además que la cuestión de la representación de las mujeres en el gobierno no ha sido discutida en la reunión, que duró más de diez horas y fue una de las más concurridas de los últimos días.

Los servicios secretos australianos, bajo sospecha

Una comisión parlamentaria australiana ha concluido que el Gobierno no mintió sobre las armas de destrucción masiva en Irak, aunque pudo exagerar la amenaza que supuestamente representaban basándose en las informaciones facilitadas por los servicios de inteligencia. En concreto, ese comité legislativo se percató de que la ONA, la Oficina de Valoración Nacional que da cuentas directamente al primer ministro, verificó la precisión de las transcripciones de los documentos que pasaban por sus manos, bien de Estados Unidos, el Reino Unido, la ONU u otros, pero no el contenido de éstos. Por ello, el grupo de legisladores ha pedido la apertura de una segunda investigación sobre la actuación de los servicios secretos australianos.

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