El Consejo Electoral de Venezuela cuestiona la veracidad de un millón de firmas contra Chávez
Miles de partidarios del presidente protestan en las calles de Caracas contra EE UU
Miles de partidarios del Gobierno marcharon ayer en Caracas mientras se esperaba el anuncio del Consejo Electoral que tiene previsto declarar válidas sólo 1,9 millones de firmas de los 3,4 millones que presentó la oposición. Alrededor de un millón de personas deberán asistir a centros de recolección que serán instalados por todo el país a partir del 18 de marzo y durante cinco días para ratificar sus firmas.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela se disponía ayer a anunciar que el referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez sólo podrá realizarse si la oposición logra ratificar alrededor de 500.000 firmas, del total de más de un millón que han sido objetadas por supuestas irregularidades. Para convocar el referéndum es necesario que 2,4 millones de firmas sean válidas.
Durante el proceso de reparos, la autoridad electoral también recibirá las solicitudes de las personas interesadas en retirar su firma, alegando que ésta fue forjada.
Se anticipa que la decisión agudizará el conflicto político, pues ya la Coordinadora Democrática, coalición de partidos y organizaciones civiles opositoras, anunció que no aceptará el fallo del Tribunal Electoral, al que acusan de ser parcial a favor del Gobierno. "La gente seguirá en las calles hasta que nos reconozcan nuestras firmas; la paz del país está en manos de los rectores del CNE", advirtió Juan Fernández, uno de los cinco precandidatos presidenciales de la oposición.
Las protestas a las que Fernández hizo referencia se han repetido por dos noches consecutivas en la capital venezolana. Se trata de cierres de autopistas y calles mediante quema de basura y neumáticos, operación que hasta ahora ha causado la muerte a balazos de dos personas, según informaron las autoridades.
Secuestros a mano armada
La noche del sábado, activistas opositores secuestraron a mano armada varios vehículos pesados, incluyendo una cisterna de gasolina, para cerrar la principal autopista de la ciudad. La mayoría de los focos de violencia se produjeron en las barriadas de clase media y alta, donde habitan la mayoría de los detractores del Gobierno. En algunos puntos, la Guardia Nacional reprimió a los manifestantes, mientras en otros hubo escaramuzas con simpatizantes del presidente Chávez.
La mayoría de las firmas que fueron objetadas se encuentran en folios que fueron rellenados por una misma persona, lo que hace presumir a las autoridades que fueron forzadas.
El rector Jorge Rodríguez, vocero de estas decisiones, denunció que tanto él como otros dos jueces electorales, Francisco Carrasquero y Óscar Bataglini, señalados por la oposición como "oficialistas", han recibido amenazas de muerte. Ayer, en diarios de circulación nacional, apareció un aviso anónimo con las direcciones y teléfonos de los tres funcionarios, invitando a los ciudadanos a llamarlos o visitarlos. "Eso no va a dar ningún resultado, pierden su tiempo", dijo Rodríguez.
Mientras se esperaba el anuncio del CNE, los partidarios del Gobierno realizaron una marcha en repudio a la intervención de EE UU en asuntos internos venezolanos.
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