Bagdad pospone el acuerdo sobre la Constitución
El Consejo de Gobierno iraquí ha pospuesto hasta después de la Achura, que se celebra mañana, la firma de la Ley Básica que debe regir el país a la espera de elecciones. La medida rebaja la presión sobre los 25 miembros de esa presidencia colegiada que debían haber concluido sus trabajos a medianoche del sábado. De paso, trata de evitar que su anuncio coincida con esa importante festividad religiosa chií. Los dirigentes de dicha comunidad podrían utilizarla para organizar movilizaciones si no les satisfacen los resultados.
La Achura, o décimo día del mes de muharram, que este año coincide con el 2 de marzo, rememora el martirio de Husein, nieto de Mahoma y tercer califa de los chiíes. Es la primera vez en muchos años que esa comunidad va a poder celebrar plenamente su festividad religiosa. Durante la dictadura de Sadam, la mayoría de sus ritos estaban prohibidos y, en especial, se impedían las grandes concentraciones de fieles. En esta ocasión se espera que entre uno y cuatro millones de peregrinos, muchos de ellos procedentes de Irán, se desplacen hasta Kerbala, donde se encuentra la tumba de Husein.
Buena parte de los islamistas que han bloqueado el consenso sobre la Ley Básica, o Constitución provisional, proceden del campo chií. Apoyados en su mayoría numérica (son el 60% de la población y tienen 13 miembros en el Consejo), esperaban sacar adelante un texto inspirado exclusivamente en la sharía, o ley islámica. Sin embargo, los miembros más liberales, que no laicos, reconocen la diversidad religiosa y, por respeto a las minorías, desean que el islam sea una de las fuentes legales, pero no la única.
"El fracaso no es una opción", anunció ayer en un receso el locuaz Muafak al Rubai. Sin embargo, la reunión del plenario fue posponiéndose a lo largo de la tarde, prueba de que los comités paralelos que trataban de limar diferencias avanzaban con lentitud. "Cada uno intenta convencer al otro de que acepte su punto de vista, pero no hay tensión en el ambiente", aseguraba por su parte Rayaa al Juzai, una de las tres mujeres miembros.
Al Juzai apoya la propuesta de los liberales para que la ley fije cuotas mínimas de participación femenina en las futuras instituciones de Gobierno. El borrador original hablaba de hasta un 40%. Los islamistas consideran suficiente su actual representación, sin importarles que, a consecuencia de las guerras, las mujeres sumen, como los chiíes, un 60% de la población. Muy probablemente, este punto, como los detalles de la fórmula federal finalmente aceptada, quedará pendiente de resolución por parte de una Asamblea elegida. Todas estas divisiones evidencian la dificultad de establecer una Constitución que satisfaga a todos.
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