La firma islandesa Decode descubre un gen que duplica el riesgo de infarto
Los investigadores anuncian un ensayo clínico inmediato con un fármaco ya disponible
La empresa islandesa Decode Genetics, que explota el registro genealógico de esa isla colonizada por vikingos hace un milenio, ha descubierto un gen cuyas sutiles variaciones duplican el riesgo de infarto y ataque cerebral. La tendencia al infarto tiene una componente hereditaria, pero probablemente hay decenas de genes implicados, y encontrarlos requiere estudiar una población muy homogénea y bien caracterizada, como es el caso de la islandesa. Los científicos anuncian un ensayo clínico inmediato con un fármaco que, curiosamente, ha fracasado contra el asma.
El gen, llamado FLAP, no es el primero que afecta al riesgo de infarto. Las mutaciones en el gen de la hipercolesterolemia familiar (HF) causan unos elevados índices de colesterol desde la infancia, y la mitad de sus portadores sufre un infarto u otro grave daño vascular antes de los 55 años.
"Pero la hipercolesterolemia familiar es un rasgo genético mendeliano, un error que se transmite de forma simple de generación en generación", explica a este diario el director de Decode Genetics, Kari Stefansson. "El riesgo de infarto es lo que se denomina un rasgo genético complejo, es decir, que depende de la combinación de variaciones naturales en muchos otros genes, y este gen [FLAP] es el primero de este tipo que se descubre en relación al infarto". El trabajo se publicó ayer en Nature Genetics (edición electrónica).
Los rasgos genéticos simples suelen deberse a errores en un único gen, y pueden encontrarse con relativa facilidad, ya que muchos miembros de una misma familia están afectados. En el caso de la hipercolesterolemia familiar, por ejemplo, si un padre padece la mutación, lo mismo le ocurrirá a la mitad de sus hijos.
La situación es mucho más difícil con rasgos genéticos complejos, o poligénicos. Aquí no se puede hablar propiamente de "errores", sino de sutiles variaciones naturales en muchos genes que, en ciertas combinaciones, aumentan el riesgo. Un ejemplo hipotético: si un padre tiene una combinación de 10 genes que le confiere un alto riesgo de infarto, ninguno de sus hijos tiene por qué heredar ese riesgo, ya que cada uno sólo lleva la mitad de los genes del padre.
La ventaja de Decode, precisamente, es que toda la población islandesa se puede considerar una familia enorme. Islandia tiene 270.000 habitantes, y casi todos son descendientes directos de los 3.000 vikingos noruegos que la colonizaron hace un milenio. La isla ha permanecido genéticamente aislada durante mil años, y Decode tiene acceso a los historiales clínicos de todo islandés que no se oponga a ello expresamente.
Además, los islandeses son muy cuidadosos con sus registros genealógicos. Tal y como expresó Stefansson hace tres años en la reunión de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias: "Yo sé quiénes eran mis antepasados de hace mil años. Eran poetas y guerreros, y están perfectamente identificados".
El descubrimiento lleva un premio inesperado: un fármaco que no sólo existe ya, sino que ha superado las pruebas de seguridad en pacientes humanos, y que por tanto puede usarse inmediatamente en un ensayo clínico a gran escala para ver si reduce el riesgo de infarto en las personas que portan las variantes peligrosas del gen FLAP.
El gen FLAP está implicado en la producción de un compuesto (el leucotrieno) que activa una respuesta inflamatoria en las arterias. Cuando una arteria está dañada por una placa, esa inflamación puede romperla y causar un bloqueo arterial. Las variantes peligrosas del gen FLAP producen un exceso de leucotrieno, y por tanto agravan el riesgo de bloqueo.
Como la inflamación también está implicada en el asma, la empresa Bayer creó un fármaco inhibidor de FLAP para ver si paliaba esa enfermedad. Pasó las pruebas de seguridad, pero no funcionó contra el asma en el ensayo clínico. Ahora cabe la posibilidad de encontrarle una nueva función inesperada.
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