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El PEN Club denuncia un clima cada vez más hostil a la libertad de expresión

Mil escritores y periodistas están encarcelados, amenazados o perseguidos en todo el mundo

El PEN Club Internacional, que agrupa a 14.000 escritores de todo el mundo, denuncia en su informe Antiterrorismo, escritores y libertad de expresión, que fue presentado ayer en Barcelona, que desde el 11 de septiembre de 2001, tras los atentados contra Estados Unidos, ha "observado un clima cada vez más hostil para con la libertad de expresión". El trabajo analiza la situación en 35 países de los cinco continentes. Las medidas restrictivas "en nombre de la lucha contra el terrorismo", afirma, se han producido tanto en regímenes democráticos como en dictatoriales.

"Es más peligroso ser escritor o periodista después del 11 de septiembre que antes"
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"Es extremadamente inquietante que los Gobiernos democráticos se alineen de tan buen grado con los Estados totalitarios, aunque estén motivados por una preocupación genuina sobre futuras atrocidades", afirma en el prólogo la escritora y columnista británica Joan Smith.

El escritor Carles Torner, del PEN Catalán, explicó que en una reunión del PEN Internacional, celebrada en el otoño de 2002, se aportaron datos sobre que el número de escritores encarcelados se había incrementado un 20% desde el 11 de septiembre de 2001. Decidieron entonces poner en marcha un equipo de investigación, coordinado por Sarah Whyatt, del Comité de Escritores Encarcelados del PEN, que trabajó a partir de la base de sus datos que se actualiza cada seis meses, y con la colaboración de ONG como Amnistía Internacional o Human Rights Watch. Antiterrorismo, escritores y libertad de expresión estuvo acabado en octubre de 2003 y fue hecho público en México en noviembre. Ahora se está traduciendo a las diferentes lenguas y será presentado en las 135 delegaciones que tiene la asociación en todo el mundo. Según las informaciones de que dispone el PEN, "mil escritores y periodistas están encarcelados, amenazados o perseguidos en todo el mundo".

Las conclusiones a que ha llegado en los 35 países incluidos en el informe no son nada alentadoras: "Es más peligroso ser escritor o periodista después del 11 de septiembre que antes de esa fecha".

El epílogo del escritor y periodista, director de Le Monde

Diplomatique, Ignacio Ramonet, que ayer presentó el informe, no es más alentador: ¿Adiós libertades? En la conferencia de prensa, sin embargo, se mostró más optimista. "No podemos decir que hayamos perdido la libertad de expresión, entre otras cosas, porque somos libres de dar nuestro apoyo al PEN".

Ramonet, cofundador de Attac y promotor del Fórum Social Mundial de Porto Alegre, dijo que no pertenece al PEN porque durante mucho tiempo estuvo "alineado con la guerra fría, lo que produjo el alejamiento de muchos escritores". "Ahora tiene una posición mucho más crítica y abierta. De hecho, funciona como una ONG e incluso ha cambiado de nombre". Ya no se llama PEN Club, sino PEN Internacional, "porque lo de club era considerado, sobre todo por los anglosajones, cerrado y machista".

El informe hace un amplio recorrido por la legislación antiterrorista en los 35 países analizados, desde las leyes y decretos a nivel internacional a las locales. Entre otros temas, trata de la preocupación porque se pueda equiparar a terroristas con separatistas. Para Ramonet, uno de los problemas es que no está clara la definición de lo que es terrorismo. "Yo lo defino como violencia indiscriminada contra personas inocentes. Aunque la causa sea justa, como en el caso de Palestina, no se justifica de ninguna manera".

El informe del PEN hace una condena explícita y dura del terrorismo. "Condenamos radicalmente el terrorismo", dijo Ramonet, "pero no se pueden aceptar algunas maneras de combatirlo".

Carles Torner explicó el caso de un escritor chino, Tohti Tunyaz, que está cumpliendo 11 años de cárcel acusado de "incitar a la desunión nacional" por un libro sobre los países de la Ruta de la Seda. "Estuvo investigando en Tokio y cuando regresó a China para continuar su trabajo fue encarcelado sin ni siquiera haber publicado el libro".

Estados Unidos tiene un amplio apartado. Los efectos del 11 de septiembre fueron inmediatos. Se explican ejemplos como la retirada de un cuadro titulado Terrorista del Museo de Baltimore o la decisión del la Orquesta de Baltimore de cancelar la puesta en escena de la ópera de John Adams La muerte de Klinghoffer porque trata de unos palestinos que secuestran un trasatlántico. "Cuarenta periodistas fueron represaliados por plantear preguntas inoportunas", añadió Ramonet. La Ley de Patriotismo, asegura el PEN, "autoriza al FBI a entrar en cualquier biblioteca pública y pedir el registro de los usuarios. Los bibliotecarios están obligados a mantener en secreto tales peticiones".

De España, el informe cita el cierre del diario Euskaldunon Egunkaria. Aún continúan en prisión dos periodistas, Xabier Alegria e Iñaki Uria, afirmó Torner. El informe del PEN cita a la Federación Internacional de Periodistas: "Existe la preocupación de que se trate de un ataque contra el idioma vasco". De Francia se recuerdan los problemas legales que tuvo que afrontar el escritor Michel Houllebecq, acusado de "provocar el odio religioso y racial" al declarar que el islam "es la religión más estúpida".

África ha sido uno de los continentes en que más se ha notado el recorte de la libertad de expresión. "Si Estados Unidos, el campeón del mundo libre de los derechos humanos y de la democracia, está transgrediendo estos principios, los gobernantes de Zimbabue creen que es un ejemplo a seguir", dijo Ramonet. En este país, periodistas que trabajaban para medios extranjeros fueron acusados de "terroristas" porque sus informaciones sobre la violencia política del país "eran distorsiones". En Eritrea "se prohibieron las publicaciones informativas privadas". La lista es larguísima.

El cartel que ha hecho Tàpies para el PEN.
El cartel que ha hecho Tàpies para el PEN.
Carles Torner, a la izquierda, e Ignacio Ramonet.
Carles Torner, a la izquierda, e Ignacio Ramonet.CARMEN SECANELLA
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