La Cumbre de las Américas constata la gran división latinoamericana frente a EE UU

La Cumbre Extraordinaria de las Américas se clausuró ayer con una declaración final de compromiso sobre sus puntos más conflictivos. Los 34 gobernantes firmantes negarán la entrada en sus países de los funcionarios corruptos y aprobaron que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), promovida por Estados Unidos, arranque "según los plazos previstos". Quedó constatado que México, Colombia y Centroamérica son más proclives a las políticas de Estados Unidos que Brasil, Argentina, Venezuela y Bolivia, más interesados en la agenda social y contrarios a los planteamientos de Washington sobre liberalización comercial, corrupción, seguridad hemisférica y soluciones contra la pobreza.

Nuevamente, George W. Bush y Hugo Chávez chocaron públicamente sobre Cuba. El jefe de la Casa Blanca convocó a una movilización continental contra Fidel Castro, y el presidente de Venezuela salió en su defensa agradeciendo la colaboración de la revolución cubana con su país en médicos y maestros.

Chávez defiende a Fidel

Paralelamente, su Gobierno mantiene los controles sobre los ciudadanos estadounidenses llegados al país pese la decisión judicial tomada el lunes, que anula ese requisito en la terminal de Río de Janeiro. Un decreto del Ejecutivo ordena a la policía que siga tomando las huellas dactilares y fotografías a todos los pasajeros que lleguen a Brasil.